Año CXXXVI
 Nº 49.852
Rosario,
domingo  25 de
mayo de 2003
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La actriz retornó a la Argentina para presentar "La hija del caníbal", su debut en el cine mexicano
Cecilia Roth: "Soy muy exigente sin importar dónde esté"
Confirma su éxito internacional y asegura que volvería a filmar una película con su ex pareja Fito Páez

Fernando Toloza / Escenario

Buenos Aires (enviado especial).- Cecilia Roth está confirmando el latiguillo de que es la actriz argentina más internacional. El triunfo de "Todo sobre mi madre", de Pedro Almodóvar, la puso en ese camino, pese a que el director alguna vez dijo que Roth no era una de sus mejores intérpretes, y además de nuevos filmes en España Roth desembarcó en el cine mexicano con "La hija del caníbal" y también en el italiano con "Luisa Sanfelice", de los hermanos Taviani. "No importa donde esté, la que más exige soy yo, no la nacionalidad de la cinematografía", dice Roth entre carcajadas que, a veces, no se corresponden con una situación humorística sino con querer mostrarse de permanente buen humor.
El filme "La hija del caníbal", de Antonio Serrano, se basa en una novela de la periodista española Rosa Montero, y Roth regresó a la Argentina para presentarlo, asegurando que se había entregado con su habitual dedicación al personaje que interpreta, Lucía, una mujer que de un día para otro descubre que buena parte de su vida de casada ha sido una farsa. Roth también aseguró que volvería a filmar con Fito Páez, su ex pareja, con el que realizaron juntos "Vidas privadas".
-¿Creés que todas las relaciones son caníbales o terminan transformándose en tales?
-Pues siempre existe el riesgo de canibalizar o de ser canibalizado. La tarea en un vínculo, en una relación, es no hacerlo. Sin embargo, ese es siempre el riesgo.
-¿Sigue siendo vigente el tema de que después de una separación una mujer queda más a la intemperie que un hombre, con más necesidad de reconstruir su vida?
-No lo creo, a veces pienso lo contrario, que los hombres son los que necesitan inmediatamente llenar el agujero (carcajada). Perdón, superficialmente los hombres necesitan más rehacerse. Las mujeres estamos, en este momento de la historia y de la cultura, aprendiendo a disfrutar de nuestra independencia.
-¿No es un poco antiguo el planteo de que la mujer tiene más que hacer que el hombre?
-Para mí ese no es el planteo de la película. Al contrario, en la película lo que hace la mujer es reconstruirse ella como ser humano, no rehacer una relación. Lo que le produce a Lucía la situación que vive a propósito del secuestro de su marido es darse cuenta de no lo necesita ni lo quiere, y que lo que tenía con él era una relación rutinaria, falsa, convencional. Cuando ella se da cuenta de que le da igual que el marido esté secuestrado, o mejor, que se quede secuestrado, se reencuentra con ella.
-El personaje se pone a escribir una novela, que era su gran desafío, pero está sola. ¿Te parece que la obra o la carrera justifican la soledad?
-No entiendo la pregunta. Ella no escribe porque se queda sola ni la soledad implica que va a poder escribir. Ha escrito siempre, literatura infantil, y por primera vez se lanza con una obra para adultos, porque se ha reencontrado con ella como un ser adulto, como alguien independiente. Más que soledad te diría que habría que hablar de independencia.
-La película parece saltar de un género a otro, ¿cómo es actuar con ese cambio de registros?
-Totalmente, yo creo que es muy difícil decir de qué género es la película como es muy difícil decir de qué género es el libro de Rosa (Montero), no sé si leíste la novela. En algunos momentos es una comedia, por otros es una comedia dramática, después es una película de aventuras, es una película con un fondo político muy claro, que habla sobre lo que nos pasa en estos países, como los secuestros y la corrupción. Es una película multigénero (risas) y eso me atrae mucho, que no sea muy claro.
-¿Te preguntaba por cómo enfrentaste tanto cambio como actriz en una misma película?
-Me daba cuenta de los cambios pero no es algo que me haya preocupado porque yo no actúo la comedia ni el drama, sino que lo que actúo es una situación. No me pongo graciosa porque es una comedia y pienso que tengo que hacer reír. Esa no es mi forma de actuar, yo trabajo desde el personaje, de lo que le pasa y con la idea de hacer verdadero todo eso. Si hay situaciones para hacer llorar no es esa la meta, no es intencional; no trabajo para hacer llorar. La síntesis es que el personaje atraviesa una situación y pude hacer reír. Pero yo no actúo de una u otra manera porque trabaje en una comedia o en un drama.
-Hacés cine en España, la Argentina y ahora con "La hija del caníbal" desembarcaste en México, ¿cuál de los tres te exige más?
-Es un tema de exigencia personal. Soy yo la que se exige. Nadie puede exigirme más de lo que yo me exijo a mí misma. Con lo cual no tengo ni idea de cuál me pide más. Yo soy muy exigente sin importar dónde esté.
-En la Argentina estamos acostumbrados al acento mexicano a través del programa "El Chavo", ¿cómo fue trabajar ese aspecto?, ¿nunca te sentiste tentada por hacer un poco el Chavo?
-Claro, pero no me tentó (risas). Al contrario, lo que traté hacer, y espero que se noté, fue quitarle al acento mexicano cualquier identificación con Cantinflas (risas). Fue un trabajo serio para hacer el verdadero acento mexicano y no el del Chavo (risas). Tuve una coach con la que trabajé varias semanas antes de empezar la película y también me acompañó durante todo el rodaje.
-¿Coincide el personaje de la película con el momento actual de tu vida?
-No. A veces me pasa que no sé muy bien si la película influye en tu vida o tu vida influye en la película. Creo que son las dos cosas. Las películas son muy particulares y cualquier persona a la que le gusta el cine lo sabe. Hay películas que te pueden cambiar como espectador y de hecho también te cambian cuando sos actor; hay algo que es un antes y un después. Viendo después "La hija del caníbal" sí encontré cosas que me hacen sentir verdaderamente identificada con ciertas zonas de Lucía.
-¿Sentís algo en el momento en que actuás o es puro profesionalismo?
-¡No que va! (risas). La técnica te ayuda a encontrar la cosas cuando no hay inspiración. Para eso sirve la técnica, que la debes tener y está siempre detrás de cada personaje, cuidándote. A mí me gusta entregarme a lo que estoy haciendo, profunda, vital y emocionalmente. Cuando estoy trabajando, el personaje ocupa todo mi planeta.
-¿Cómo te llega esa inspiración que, según decís, a veces puede no presentarse?
-No lo sé (risas), es algo que viene. Cuando leés un guión y decidís hacer esa película ya hay algo que te enganchó con el personaje, con la historia. El primer trabajo está hecho cuando algo te gustó. Jamás elijo algo que no me interese, no especulo. Es como si el personaje te llamara y te dijera "quiero que entres en mí". Particularmente, cada película la trabajo de otra manera, porque cada película y cada personaje son otros mundos, y porque uno está en diferentes momentos cuando filma.
-En la novela de Rosa Montero se dice que la identidad es un cuento que cada uno se hace a sí mismo, ¿coincidís con esa definición?
-Leí la novela después del guión, y ahora no tengo presente esa frase. No sé muy bien a qué te referís, pero creo que la identidad es algo que no se inventa. Los mexicanos tienen una profunda identidad, que está ahí, palpable, y yo no me animaría a decir que es un invento, como los rosarinos son también una identidad, tienen una identidad rosarina (risas).
-¿Volverías a filmar con Fito Páez en cualquier momento?
-Totalmente y en cualquier momento. Después de esa primera experiencia con "Vidas privadas" me encantaría volver a filmar con Fito ahora.
-¿Que expectativas te generó el nuevo disco de Fito Páez, que la prensa en general promociona como el álbum donde él cuenta la historia de ustedes?
-Lo escuché antes de que salga (risas). Eso de nuestra historia es lo que ellos ven y siempre van a titular así, vos sabés mejor que yo cómo se titula.
-La pregunta era si estabas preparada.
-Por supuesto, estoy en permanente contacto con Fito y nos queremos mucho. Nada de lo que uno hace es para joder el otro, más vale todo lo contrario, todo lo que hacemos el uno con el otro es para cuidarnos.
-¿Cómo llevás la maternidad con la carrera?
-Siento que lo voy llevando muy bien y mi hijo Martín está muy bien. Más de una vez me han preguntado si es difícil ser una madre actriz, y yo creo que es un poco frívolo, porque más difícil es ser una madre en la villa 31 o en cualquier otra villa.
-Si hubiese habido ballotage, ¿qué habrías votado?
-Kirchner, pero no por convicción.



Roth: "La hija del caníbal" es un filme multigénero.
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