| | Milagroso rescate y fuerte protesta popular en Argelia por el sismo Sacaron vivo a un joven tras 52 horas entre los escombros
| Un joven de 21 años fue rescatado anoche de los escombros de un hotel de Zemmuri (este de Argel), más de 52 horas después del sismo que conmovió a Argelia y que cobró la vida de unas dos mil personas, según datos oficiales provisorios. "Oímos una voz bajo los escombros. Cerca de la medianoche, lo rescatamos. No estaba gravemente herido pero de todos modos fue trasladado al hospital", dijo Toshimitsu Ishigure, portavoz del grupo de socorristas japoneses que realizó el rescate. El joven muchacho está internado en el hospital universitario Mustafá de Argel, indicó el médico argelino Yussef Shiji. Japón envió a Argelia un contingente de 61 socorristas especializados y dos perros especialmente entrenados para salvatajes, añadió el portavoz japonés. Anoche también, varios equipos de rescate seguían extrayendo cadáveres y sondeando las ruinas del complejo turístico Adim de Zemmuri, donde había un hotel. Como eco del descontento popular por la pobre reacción gubernamental ante el desastre, el presidente argelino Abdelaziz Bouteflika fue recibido ayer con un abucheo multitudinario durante una visita a las áreas más afectadas, tres días después del peor terremoto en 20 años en el país norafricano. Los soldados tuvieron que contener a una enfurecida multitud, y en una rara muestra de desafío público, se vio a la calle llena de gente que le gritaba "asesino". El jefe de seguridad personal de estado abrió camino con su caravana, pero a lo largo de la ruta la gente salió a golpear los vehículos y lanzarles objetos. Según las últimas cifras oficiales, 1.875 personas murieron y 8.081 resultaron heridas en el terremoto del miércoles, que fue de 6,7 grados en la escala de Richter. Más de 1.000 personas aún están desaparecidas. Cansados equipos de rescate de todo el mundo ya sólo encuentran cuerpos putrefactos bajo los calientes escombros. Pero ellos siguen trabajando, usando perros, sensores de calor y de sonido, en busca de señales de vida bajo montañas de concreto. "La búsqueda continuará hasta esta noche (por anoche)", dijo el jefe de un equipo francés de rescate en el pueblo de Boumerdes, donde se registraron más de la mitad de las víctimas. "No esperamos sobrevivientes después de eso". Pero la mayoría de la gente no acepta este trance tranquilamente. Unas 15.000 personas que quedaron sin hogar por el desastre acusaron a las autoridades de no ofrecer ayuda más rápidamente y de haber permitido a inescrupulosos contratistas construir edificios que no estaban a prueba de terremotos en un área propensa a éstos. El gobierno dijo que estaba en una carrera contra el tiempo para impedir el brote de epidemias debido a la putrefacción de los cuerpos, en temperaturas de más de 30 grados centígrados, y ante la escasez de agua corriente limpia e instalaciones sanitarias. (AFP y Reuters)
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