Como si fuera un adelanto de la inauguración de hoy, los intendentes de Rosario, Hermes Binner, y de Victoria, Jorge Valverde, recorrieron ayer por última vez las obras del puente que ya une a las dos ciudades y concretaron el esperado abrazo que había sido postergado el lunes pasado por mal tiempo. Los dos mandatarios recalcaron una vez más "la importancia" que la megaobra tiene para la región y coincidieron en que "se trata de un momento histórico para las dos ciudades que ahora pueden ver cumplido el sueño de muchas generaciones". Pero antes de salir desde el Palacio de los Leones hacia la cabecera del puente, el intendente de Rosario firmó un convenio con la Municipalidad de Granadero Baigorria por el cual se convertirá en parque a 38 hectáreas que rodean la cabecera del puente del lado de Rosario. Allí, Binner se refirió a la necesidad de preservar la zona y aseguró que "todavía quedan asuntos pendientes, como la preservación de las islas y el ecosistema del Alto Delta del Paraná". Es que se espera que la zona tiente a los amantes del turismo de aventura y por eso el intendente señaló como tarea central "evitar la depredación del área". Luego, ambos mandatarios se trasladaron a la cabecera de la conexión vial acompañados por concejales y secretarios municipales de Rosario, miembros del gabinete municipal de Granadero Baigorria y autoridades de Victoria. Allí, los esperaban no sólo las cámaras que serían testigos del abrazo, sino también un vecino de Victoria que llegó hasta el lugar acompañado de su perro, que para la ocasión llevaba un original abrigo donde se leía: "Puente Rosario-Victoria". Mientras ya caminaba sobre la obra, el jefe comunal de la localidad entrerriana no ocultó la alegría del día previo a la inauguración. "Estamos con los nervios lógicos ante un acontecimiento histórico que representa un sueño de más de cien años de muchas generaciones de victorienses", dijo. Su par rosarino recordó la pueblada que protagonizaron el 17 de agosto del año pasado rosarinos y victorienses para reclamar por la reactivación de las obras que habían quedado paralizadas luego de la devaluación. "Hace meses transitábamos este lugar pidiendo el final de los trabajos, ahora ya estamos por cumplir el sueño. Estuvimos acostumbrados a que los procesos de integración se dieran en Buenos Aires, pero en adelante Córdoba, Entre Ríos y Santa Fe tendrán un papel crucial, y si trabajan en consonancia podrán generar una política activa dentro del Mercosur". Así, finalmente los intendentes se abrazaron varias veces y se dieron la mano. "Es el abrazo de dos provincias y dos culturas que en adelante estarán unidas a través de esta maravillosa obra", apuntó Valverde.
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