| | Punto de vista: El negocio de vender ratones
| Rodolfo Bella / La Capital
Cuando se acaba el horario de protección al menor, se enciende la pantalla. De lunes a viernes la televisión ofrece un menú en el cual el sexo se diversifica en muchas de sus posibilidades y en distintos grados de obviedad. También en ocasiones, con la pretensión de explorar alternativas exóticas, pero siempre con el objetivo de captar el interés morboso que despierta la vida privada en el caso de personas con profesiones u oficios ligados al sexo, el erotismo o algún tipo de sensualidad. El tema a pesar de declararse reiteradamente como algo privado, tuvo, tiene y tendrá interés público. Los canales de aire y de cable encaran el tema con diferentes grados de compromiso y el hecho de que algunos servicios son pagos, hace que nadie pueda objetar ni horarios ni contenidos. No obstante, al alcance de cualquier control remoto están algunos productos que en poco tiempo se transformaron en un éxito. Ese fue el caso de "Ser urbano" (Canal 5, los miércoles a las 23) que gracias a la buena aceptación el programa conducido por Gastón Pauls tendría asegurada la continuidad el año que viene. Los jueves es el turno de "Kaos en la ciudad" (Canal 3, a las 23). Juan Castro, con la ayuda de los reflejos rápidos de su colaborador estrella Ronnie Arias, hallaron la forma de hacer atractivas cosas tan viejas como el mundo. En el cable la oferta es mucho más intensa. Obviando la necesaria hipertrofia de Venus, porque a eso se dedica muy eficientemente la señal las 24 horas, I Sat también coopera en el negocio. Los viernes la señal propone su bloque de películas "Sexorama" y los jueves, sábados y domingos una serie de documentales agrupados bajo el título "Files", mientras Cosmopolitan va por su segunda temporada de "Confidencias". La señal Infinito también estrenó programa con "Los libros del placer", los lunes a las 23. Que el programa refiera las enseñanzas del legendario Kamasutra no es ninguna originalidad. Lo que lo hace singular es el enfoque ya que el desarrollo propuesto no es encarar al libro como un manual, sino como una referencia para descubrir el propio placer. La diversidad es evidente, pero quizás muchas cosas carezcan de sorpresa. Quizás venga de la mano de Animal Planet.
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