Año CXXXVI
 Nº 49.849
Rosario,
jueves  22 de
mayo de 2003
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Minibombas nucleares, la nueva táctica de disuasión

Gabrielle Chwallek

Washington. - La producción de armas nucleares de pequeña escala amenaza con volver, y con ella lo que los defensores del control de armamentos califican como "una nueva pesadilla atómica". Casi sin llamar la atención de la opinión pública, EEUU se dispone a tomar esta semana una decisión con amplias consecuencias para el armamento nuclear. Diputados y senadores en el Congreso dominado por la mayoría republicana debaten la ley del próximo presupuesto de Defensa, que aumentará los recursos del Pentágono hasta los 400.000 millones de dólares. En medio de la ley hay un párrafo escondido que deja sin efecto la prohibición de construir armas atómicas de escala pequeña, que tiene ya diez años de vigencia.
El poderoso Comité militar del Senado dio hace tiempo su visto bueno al levantamiento de la prohibición, que afecta a las bombas atómicas con una fuerza inferior a los 5 kilotones del explosivo original TNT. Los expertos consideran probable que este pasaje sea aprobado intacto por ambas cámaras del Congreso en Washington. En la misma ley se destinan 15,5 millones de dólares para la investigación de una bomba atómica "destructora de búnkers", cuyo fin sería alcanzar objetivos bajo tierra y aislados por gruesas capas de hormigón o metal.

Las críticas abundan
Las alarmas suenan a todo volumen entre los defensores del desarme, que ven en estas medidas el peligro de que la superpotencia militar estadounidense abrace el desarrollo de una nueva generación de armas atómicas destinadas a las próximas guerras. Otros países se verán compelidos a seguir el ejemplo, aseguran los críticos, lo que significaría el fracaso definitivo de todos los esfuerzos para detener la proliferación de armas atómicas. Además, vista la precisión de las actuales armas convencionales, las bombas atómicas "pequeñas" ya no tienen razón de ser, como quedó demostrado en la guerra de Irak, afirman.
Pero los "halcones" del Pentágono exigen hace tiempo reanudar la fabricación de estas armas por su presunta capacidad disuasoria. Los defensores de las "mininukes" afirman que las bombas atómicas existentes después de los últimos pasos de desarme tienen un poder devastador tan grande, que su capacidad disuasoria es inefectiva. En otras palabras: Ni Estados problemáticos como Corea del Norte ni la organización terrorista Al Qaeda van a creer que Washington está dispuesto a utilizar un arma de tales características. Por eso, las "mininukes" resultan una amenaza más creíble, afirman.
Funcionarios gubernamentales subrayan entretanto que por el momento no existen planes para la producción de estas bombas. Pero al mismo tiempo aclaran que sería un error descartar la posibilidad para el futuro. Según Los Angeles Times, el gobierno estadounidense se dispone a remozar un laboratorio nuclear que fue abandonado al final de la Guerra Fría. El próximo presupuesto del Pentágono prevé 6.400 millones de dólares para el sector atómico, más del gasto anual promedio durante la Guerra Fría. (DPA)


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