Washington. - Con las tensiones entre Cuba y EEUU en uno de sus máximos puntos, el presidente George W. Bush conmemoró ayer el Día de la Independencia cubana denunciando a Fidel Castro y manifestando la esperanza de que su gobierno tenga un pronto fin. "Mi esperanza es que el pueblo cubano disfrute pronto de las mismas libertades y derechos que nosotros. Las dictaduras no tienen lugar en las Américas. Que Dios bendiga al pueblo cubano que lucha por la libertad", dijo Bush en un mensaje difundido por la estatal Radio Martí, que se transmite a Cuba.
Bush también conmemoró el 101º aniversario de la Independencia cubana de España reuniéndose en la Casa Blanca con ex presos políticos cubanos y familiares de actuales detenidos en la isla caribeña. Washington ha condenado el reciente encarcelamiento de 75 disidentes cubanos tras una de las más intensas olas represivas en décadas en la isla. El gobierno de La Habana ha calificado los encarcelamientos -con condenas que van desde seis a 28 años- como una acción defensiva contra los disidentes, a los que califica de "mercenarios" de EEUU.
La semana pasada EEUU expulsó a 14 diplomáticos cubanos tras acusarlos de realizar "actividades inaceptables", un eufemismo diplomático por espionaje. No se espera que el gobierno de Bush anuncie nuevas medidas para castigar a Cuba por la reciente represión.
La Casa Blanca se ha resistido a imponer una propuesta prohibición al envío de remesas de dinero de cubanos que viven en EEUU a sus familiares en la isla, dijeron funcionarios, ya que existe preocupación de que esa medida empeore la situación humanitaria, a la vez que haría muy poco por debilitar al gobierno comunista de Castro. No obstante, el gobierno de Bush analiza vías para ayudar a las fuerzas prodemocráticas en Cuba mediante la ampliación de la transmisión de información a la isla desde EEUU y la entrega de equipos de comunicaciones -tales como aparatos de fax- a los disidentes, dijo un activista anticastrista.
Washington busca también impulsar y aglutinar la oposición internacional contra Castro. Jeb Bush, el hermano del presidente y gobernador del estado de Florida, dijo por su parte que el gobierno de Castro era "despótico" y que la represión dejaba claro que "un apaciguamiento del régimen castrista" no traerá libertades al pueblo cubano.
La poderosa comunidad de exiliados cubanos en Miami está dividida sobre cómo responder al incremento de la represión en Cuba. Algunos piden apretar aún más el embargo económico restringiendo el envío de remesas a la isla, pero otros consideran que eso aumentaría el sufrimiento del cubano común.
Tradicionalmente el gobierno estadounidense expone cada 20 de mayo su política hacia la isla. El año pasado, Bush delineó su política hacia La Habana el 20 de mayo en Miami, donde los votos de la comunidad anticastrista contribuyeron significativamente a su victoria electoral en el año 2000 y apoyaron también a su hermano Jeb, gobernador del Estado.
Expulsión arbitraria
El primero de los 14 diplomáticos cubanos expulsados por el gobierno de EEUU calificó la medida de "política" sin ninguna relación con el espionaje, en declaraciones publicadas ayer en La Habana en el diario oficial Granma. "La decisión de expulsar arbitrariamente a los 14 diplomáticos cubanos, basándose en mentiras y calumnia, es otra provocación más de Washington dirigida a crear una crisis y propiciar una confrontación entre los dos países", dijo Florentino Batista González. (Reuters y DPA)