Año CXXXVI
 Nº 49.848
Rosario,
miércoles  21 de
mayo de 2003
Min 14º
Máx 18º
 
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cartas
¡Huija! ¡Que viva Patoruzú!

Para todos los lectores que hace muchos años esperábamos ansiosamente la llegada de cada nueva revista Patoruzú, ha sido muy sentida la muerte de su autor, Dante Quinterno, luego de una vida ejemplar y una producción muy prolífica como caricaturista. Son excepcionales los valores morales que dejó como herencia en el recuerdo: patriotismo, solidaridad bondadosa y gestos de grandeza de alma que no son frecuentes en la actualidad y que adornan a su personaje de historieta. Hoy, después de 70 años de su creación, siguen vigentes las virtudes que profesaba y se me ocurre pensar que las mismas serán revividas por un nuevo Patoruzú patagónico, que ha surgido como por milagro de los avatares políticos en la última elección (con neo ballottage incluido). Han renacido las esperanzas ante la revelación prometedora de un nuevo valor incontaminado, que por primera vez surge del lejano sur, tan ignorado y postergado que ahora renace con la incontenible fuerza de los titanes redentores. Nuestro nuevo presidente tiene la posibilidad de concretar aquello de "que se vayan todos los corruptos" y que se barra toda la basura que dejaron, que se descabece la burocracia prebendaria con su secuela de los eternos acomodados del poder; que se modifiquen las leyes que apadrinan a las mafias empresarias; que se enaltezca nuevamente la educación, que se estimule otra vez el ejercicio del trabajo como norma ética; que se rehagan los sistemas de salud, que se reconozca con justicia el esfuerzo de tantos jubilados que ayudaron a construir la patria y hoy sufren el cobro de miserables beneficios y pésima atención social. Y muchos más reclamos lo esperan a este redivivo Patoruzú patagónico al que quizás Dios ilumine para poder enfrentar el caos en que caímos luego de 10 largos años de corrupción, hambre, falta de trabajo, colapso asistencial, falta de una Justicia ecuánime y efectiva; enorme deuda externa que nos provocó el default vergonzoso, entre tantas cosas mas. Por todo lo expuesto, sólo nos resta rezar para que el resurgido Patoruzú 2003 no nos defraude como otros y aplique su gestión con todas las virtudes que posee, así podremos celebrar con ¡huijas! estentóreos y con todo el corazón su llegada para salvarnos.
Carlos Alberto Vallejos


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