Rodolfo Bella / La Capital
El despertar de la sensualidad entre los adolescentes mostrado por la televisión no hace más que reflejar lo que ocurre en la realidad. El tema se insinúa tanto en "Rebelde Way", la exitosa tira de Canal 9, como en "Costumbres argentinas", de Telefé. Así, siguiendo a la realidad antes que a la ficción, la pequeña pantalla puso las cosas en su lugar: jubiló a las cigüeñas y relegó a los repollos a la huerta, y se animó con temas que aún tienen un ribete de tabú. Cris Morena, la creadora de "Rebelde Way", reconoció que con la adolescencia se manifiestan conflictos inéditos hasta ese momento, entre ellos, lo que llamó la "ebullición" de las hormonas: "A los 15 el tema excluyente tiene que ver con las hormonas en ebullición. A los 16 ó 17 empiezan a tener otros ideales, otros intereses, esa cosa de luchar por el que sufre, la justicia y la solidaridad, temas de los que también se ocupa el programa". Morena definió lo que llamó "hormonas en ebullición" restándole dramatismo a un proceso que considera absolutamente natural: "Eso lo puede decir cualquier estudioso del tema, un psicólogo, un sociólogo o un educador. Es una edad en que están en la búsqueda del otro y están afirmando su identidad sexual, justamente a través del cuerpo, el tacto y las miradas", dijo. Después sostuvo que la tira no contiene escenas que puedan considerarse inadecuadas o subidas de tono: "En realidad en «Rebelde Way» nunca hubo una escena subida de tono. Es el tono de un chico de esa edad. No hicimos ninguna escena de chicos que tienen relaciones, cuando es algo normal y que sucede, pero no lo hemos hecho. Lo máximo que hicimos son mostrar besos". "No sé a qué llaman en Argentina algo subido de tono. Creo que hay mucha pacatería. Justamente lo que nosotros contamos desde la ficción es la pacatería y la doble moral de los adultos que se horrorizan y después te enterás que ese mismo adulto tiene una doble vida", añadió para clarificar los difusos límites que hay en el tema. La médica rosarina especialista en adolescencia Mirta Guelman hizo una diferenciación entre la sexualidad, que comienza en la infancia y se manifiesta en cosas simples como las miradas, y la genitalidad. Con ese punto de partida, aclaró que las chicas hoy toman la iniciativa antes que los varones: "Las nenas comienzan su genitalidad más tempranamente, por lo general intentan hacerlo a los 12 ó 13 años, mientras que los varones, contrariamente a lo que muchos dicen, están más reticentes y postergan el momento porque buscan el amor. No obstante -aclaró- cada ser humano tiene sus tiempos individuales de pareja y de placer". Para Guelman la televisión legitima conductas: "Todo lo que los chicos ven y oyen lo imitan", explicó. Como ejemplo recordó el caso de la tira "Tumberos" que generó varios casos de lesiones entre alumnos de una escuela que imitaban la actitud de los protagonistas en la cárcel. "En general, cuando un tema se instala en un medio, hay un proceso de imitación y después de identificación", aseguró la profesional. No obstante, Guelman recordó que la puesta en escena del despertar sensual contribuye a enfrentar tabúes: "La televisión podría ser un canal magnífico para hablar más abiertamente. Las novelas en la que están involucrados chicos podrían ser un tránsito magnífico si se pensara en lo educativo. En la tele, como en Internet, los chicos tienen lo mejor y lo peor. Lo importante -concluyó- es que cada chico actúe por sí mismo, reciba las señas de su cuerpo y confronte con la cultura y no las imite". Camila Bordonaba y Luisana Lopilato, dos de las actrices adolescentes de "Rebelde Way", coincidieron en que la tira es un producto cuidado y que en ningún momento se aleja de la realidad en cuanto a las relaciones afectivas que entablan los adolescentes. "Supongo que representa los problemas y las inquietudes de los chicos de mi edad -explicó Bordonaba-. Con respecto a mi personaje, Marizza Pía, -añadió al establecer un orden de prioridades-, creo que lo más importante es que está en contra de las cosas injustas que pasan en el colegio". Felipe Colombo, quien interpreta a Manuel en el mismo programa, opinó que la tira muestra las relaciones de forma verosímil: "Mi personaje tiene una neta historia de amor y creo que se trata que las relaciones afectivas y de noviazgo que se muestran reflejen eso de forma creíble porque sino lógicamente la gente no se engancharía con el programa. De hecho -añadió- hablamos muchos con el director y los autores y en ocasiones les ponemos a los personajes cosas similares que nos pasaron a nosotros o a compañeros en el colegio". Más allá alguna diferencia en las opiniones, una cosa queda clara: la TV alejó para siempre a los repollos y a la cigüeña, aunque, sabia, los dejó disponibles para la parodia, por las dudas.
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