El seleccionado argentino de fútbol Sub 17 logró anoche el objetivo que le faltaba en el Estadio Ramón Tahuichi Aguilera de la ciudad boliviana de Santa Cruz de la Sierra al obtener el Campeonato Sudamericano, luego de empatar 1 a 1 con Brasil y ahora con este resultado la alegría se suma a la clasificación que ya tenía asegurada para el Mundial de Finlandia 2003.
El gol que sirvió para la consagración nacional lo hizo el delantero de Boca Ariel Colzera, a los 45 minutos del primer tiempo. El pibe xeneize definió con un remate tremendo tras una buena habilitación del rojinegro Gustavo Rodas, quien apiló a un par de brasileños, giró y dejó solo a su compañero para que convirtiera la apertura.
Los brasileños alcanzaron la paridad a los 28 minutos del segundo capítulo con la conquista de Jonathan, quien recibió un impecable pase hacia atrás que le entregó Ederson desde el sector izquierdo.
El subcampeón Brasil y Colombia (que en la jornada final perdió ante Uruguay 3-1 y terminó en el tercer puesto) también consiguieron el derecho para participar de la cita mundialista en Finlandia, que se desarrollará entre el 13 y el 30 de agosto próximo.
Esta fue la segunda vez que los argentinos se quedaron con el título en un Campeonato Sudamericano Sub 17, ya que el único antecedente corresponde al año 1985 cuando también los vencidos fueron brasileños.
En el primer tiempo el equipo dirigido por Hugo Tocalli se había mostrado muy peligroso en los contraataques, a tal punto que Colzera estuvo otras dos veces a punto de convertir y en la otra le faltó dirección al disparo cruzado de Neri Cardozo, mediocampista que también milita en Boca.
Durante ese período Brasil dispuso de la iniciativa y fue muy claro cuando la pelota la manejó el creativo Ederson, pero el conjunto careció de la profundidad necesaria.
Complemento desfavorable
La segunda parte tuvo un principio muy favorable a Brasil y la presión sobre la zona del arquero de Independiente Oscar Ustari fue intensa, pero la resistencia de los albicelestes se tornó clave. Incluso los pibes argentinos terminaron demasiado metidos contra su arco, especialmente cuando Tocalli decidió la salida de Rodas, un volante ofensivo, por Cahais, uno defensivo.
No obstante, el equipo nacional se movió como una fuerza colectiva para pilotear la embestida rival y así logró mantener la paridad hasta los minutos finales.
Igualmente hay que rescatar que Brasil fue perseverante hasta el final, pero los argentinos se aferraron con tal ímpetu al empate que el título llegó como consecuencia de saber salir con autoridad de los apremios y esperar el final con prestancia. (DyN)