Mauricio Tallone / Ovación
Gustavo Barros Schelotto suena escueto hasta el límite del croquis. Como no quiere dejarse arrasar por los impulsos cuando la pregunta gira en torno a su futuro a partir de junio, encuentra una manera elíptica para expresar su deseo sin ponerse de sombrero la coyuntura: "Quiero quedarme en Central, aunque eso no depende de mí". -¿Por qué decís eso? -Porque es la verdad. Por el momento tengo que solucionar el tema con los directivos de Villarreal. En los últimos días hubo un acercamiento entre las partes pero todavía no está resuelto. Hasta que no tenga en claro eso, no puedo decidir cuáles serán los pasos a seguir. -¿Pero está dentro de tus planes regresar a España? -No, no. A Villarreal no vuelvo. Para mí esa posibilidad está descartada, igualmente la última decisión la tienen ellos. No sé qué querrán hacer los dirigentes de Villarreal. -¿Te molesta esta situación que otros tengan la última palabra sobre tu futuro? -Es una posición incómoda pero en el fútbol hay situaciones en las que el jugador no tiene la última palabra y hay que adaptarse. Por más que yo quiera algo, en esta oportunidad el club español es el que tiene la decisión sobre mi futuro y tengo que resolverlo. -¿Estás cómodo en Central? -Sí, estoy muy cómodo y contento. Mi deseo es quedarme en Central. -¿Hasta cuándo vas a esperar para darle un corte definitivo a esta situación? -Con la gente de Villarreal hubo un acercamiento, pero todavía no sé cuándo se resolverá este tema. -Te meto en el presente de Central. Al final, el análisis que hiciste después del empate ante Colón era correcto. ¿No le pueden agarrar la mano a los equipos que vienen al Gigante? -No, yo nunca dije eso. -¿Cómo que no dijiste eso? -No, tal vez los últimos resultados que logramos de local indican eso, pero tampoco creo que no haber ganado en el Gigante sea para dramatizar. Porque de los últimos cinco partidos ganamos dos (Chacarita y Huracán), empatamos con Colón y Arsenal y sólo contra River fuimos superados. -Es acertado esto que decís, pero igualmente contra Arsenal no crearon demasiadas situaciones de gol como para ganar el partido. -Sí, puede ser. Igualmente debimos quedarnos con el partido. Si analizamos, el único que nos ganó bien fue River. -Entonces no reconocés que en las últimas fechas hubo una merma en el rendimiento colectivo. -No, porque la característica de este equipo es jugar de la misma manera ya sea de local como de visitante. Por algo tenemos sumados los mismos puntos en el Gigante que afuera. Eso marca una personalidad del equipo. Lo que pasa es que Arsenal vino sólo a defenderse y si bien le creamos situaciones no pudimos quedarnos con los tres puntos. -¿Pero no es un pecado defenderse con la desesperación del rival? -No, no. Si yo no le echo la culpa a Arsenal por eso. Al final del torneo ellos serán responsables de los puntos que saquen y de su realidad. -Y a nivel personal, ¿creés que decayó tu nivel de juego? -Mi nivel está como el equipo. Un partido juega bien y en otro no tanto. Salvo algún jugador puntual, creo que todos estamos teniendo rendimientos bastante parejos. -¿Está bien definir el partido contra Talleres como una final? -Sí, para nosotros es la final del mundo. Por lo que charlamos en el grupo ese partido es muy importante porque vamos a enfrentar a un equipo que también necesita los puntos y está comprometido con el descenso como Central. No tengo dudas de que será una final
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