Buenos Aires.- Carlos Carrascosa continuará detenido, a partir de ahora en una cárcel bonaerense, ya que la Justicia resolvió dictarle la prisión preventiva como coautor del homicidio calificado por el vínculo de su esposa María Marta García Belsunce, cometido hace casi seis meses en un country de Pilar. En la resolución del juez de Garantías de San Isidro Diego Barroetaveña, se avanzó sobre una cuestión clave: Carrascosa actuó en complicidad con al menos otra persona y por eso es considerado coautor del asesinato. Para el magistrado, existen elementos de prueba suficientes para pensar que María Marta García Belsunce fue víctima de su esposo, quien de ir a juicio y ser condenado podría recibir la pena más grave que prevé el Código Penal: la reclusión perpetua. Tras ser notificados de la resolución judicial, los abogados del viudo, José Licinio Scelzi y Marcelo Nardi, dijeron que en un plazo máximo de cinco días apelarán la decisión de Barroetaveña ante la Cámara de Apelaciones y Garantías de San Isidro. Carrascosa, quien recibió la noticia de su prisión preventiva en una celda de la policía de San Isidro, donde está recluido desde el 11 de abril último, se prepara ahora para ser trasladado a una cárcel bonaerense, tal como ordenó Barroetaveña que se haga antes de las próximas 72 horas. En su resolución, luego de cuestionar que los resultados de la pesquisa hubieran sido muy diferentes si la policía hubiera actuado en el momento en el lugar del crimen y evitado el contacto entre los presentes para que luego fueran interrogados por la Justicia, Barroetaveña consideró que Carrascosa fue uno de los que mataron a su mujer. "Entre las 18.32 y las 18.55 -de ese día- una persona de sexo masculino, en coautoría criminal con eventualmente una o dos personas más, le dio muerte a María Marta García Belsunce, al efectuarle seis disparos con arma de fuego, de calibre 32, que impactaron en su cráneo", escribió el magistrado. Para llegar a esta conclusión, Barroetaveña evaluó como "muy seguras" las declaraciones de tres testigos que aseguraron haber visto al viudo en el club house del Carmel Country Club la tarde del crimen, cuando él sostiene haber estado en la casa de su cuñado mirando un partido de televisión. Además, el magistrado restó fuerza a los testigos que avalaron la coartada de Carrascosa -el de su cuñado Guillermo Bártoli; la esposa de éste, Irene Hurtig, y los hijos de ambos- ya que se trata de familiares y uno de ellos (Bártoli) incluso está imputado justamente por el encubrimiento agravado del crimen. Barroetaveña realizó un pormenorizado análisis de los tiempos en los que pudo haber actuado el acusado para matar a su mujer, para lo cual, explicó, estuvo recorriendo el country y controlando los minutos que le insumía realizar los trayectos que según cree hizo Carrascosa ese día. "Tuvo posibilidad de llegar a su finca a las 18:32:30. Contó entonces con aproximadamente 23 minutos para estar en el lugar en el cual se perpetrara el hecho pesquisado, ejecutarlo, salir y hacer ver que recién llegaba a su finca aproximadamente a las 19, hora en que un vigilador lo ve arribar", analizó el magistrado. "Hubo un tiempo -aproximadamente 23 minutos- durante el cual aún María Marta García Belsunce se encontraba con vida y del cual Carrascosa no dio una explicación plausible", concluyó. Barroetaveña se refirió a otras evidencias que comprometen al viudo. Una de ellas es la pericia que indica la presencia de "ciano o nitrilo", componente de una sustancia pegamentosa, en la cabeza de la víctima, lo que revelaría que se intentaron tapar los orificios de bala que tenía la víctima. Según Barroetaveña, la presencia de esa sustancia es "un indicador más, que permite al imputado Carrascosa atribuirle la probable comisión del ilícito, toda vez que ello es demostrativo de una actividad posterior por parte del imputado, tendiente a ocultar su propia conducta". También, el juez tomó en cuenta que el viudo sabía manejar armas y, aunque su entrenamiento en la escuela de marinos mercantes fue básico, "no podía desconocer que el objeto hallado debajo del cuerpo ensangrentado de su esposa fuera un plomo deformado". El magistrado se refirió también a testimonios que indican que inexplicablemente el viudo tenía sangre en los anteojos un día después de hecho y que existieron maniobras de la familia para evitar que la policía interviniera en el hecho. (Télam)
| El magistrado asegura que hay pruebas incriminatorias. | | Ampliar Foto | | | Notas
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