A nueve días del cambio de autoridades, el Ministerio de Trabajo presentó ayer un borrador de reforma previsional por el cual se crea un sistema jubilatorio mixto administrado por el Estado, un régimen de cobertura para los sectores de menores ingresos y un sistema privado voluntario.
El proyecto, resumido en el "Libro Blanco de la Previsión Social", recopila el resultado de seis meses de trabajo de una comisión multisectorial y fue presentado en la sede de la cartera laboral. La ministra Graciela Camaño admitió que la presentación está relacionada con la intención del nuevo gobierno, adelantada por el jefe de Economía, Roberto Lavagna, de avanzar en una reforma previsional.
"Estas directrices de lo que debería ser el sistema previsional en el país servirá para que, en caso de que el futuro gobierno quiera cambiar el esquema, lo haga pensando en servir a los trabajadores y no al sistema financiero", enfatizó.
Camaño, quien dijo que el borrador "cuenta con el aval del equipo económico", explicó que el objetivo es crear "un sistema solidario que extienda la cobertura además a aquellos trabajadores que nunca pudieron realizar aportes".
Esta "primera etapa" elaborada por la cartera laboral no contempla la situación de los trabajadores autónomos, que quedará pendiente para cuando se elabore el anteproyecto de ley.
Según esta iniciativa, el sistema se dividirá en uno asistencial público, otro contributivo obligatorio mixto, con dos tipos de cobertura, y un tercero voluntario privado. A saber:
Sistema asistencial: con financiación fiscal, será para trabajadores que nunca realizaron aportes o que no superan los cinco años de haberlos hecho. Estos deberán esperar hasta los 70 años para jubilarse y percibirán una prestación equivalente al 70 por ciento del haber de la jubilación mínima del régimen contributivo.
Sistema contributivo mixto obligatorio: administrado por la Ansés, será para quienes hayan aportado durante más de 5 años. Tendrá un componente estatal y otro privado que, sumados, darán el haber que cobrará el jubilado.
* En el caso del Estado (Componente contributivo), cada aporte dará derecho a una cuota parte de una renta vitalicia mensual expresada en pesos actualizados, y la suma de todas las cuotas será el "haber técnico" de la prestación, que servirá de referencia para determinar el "haber definitivo".
* Por el lado privado (Componente complementario), la cartera laboral propone una contribución obligatoria, que será administrada por entidades con o sin fines de lucro, reguladas bajo un esquema similar al de las actuales AFJP. Las comisiones de las administradoras se determinarán, en este sistema, sobre el capital acumulado a invertir y el rendimiento de las inversiones y no sobre los aportes, como ocurre actualmente.
En ambos sistemas, la edad mínima de retiro será de 60 años, aunque el retiro a una edad mayor de la permitida generará un haber mayor.
Sistema privado voluntario: funcionará como el actual mercado de seguros de retiro y podrá ser administrado por las mismas entidades que gestionen el componente complementario.
Los aportes realizados por los trabajadores no tendrán tope pero los haberes sí tendrán un máximo. También un mínimo fijado por el Estado y una cobertura garantizada que equivaldrá al 50% del promedio de las remuneraciones de toda la vida laboral.
Las contribuciones patronales serán del 16%, que por partes iguales financiarán al régimen estatal y al de las AFJP. Los aportes de los trabajadores serán del 11% y se destinarán en un 3% a cubrir las prestaciones por invalidez y muerte, y el 8% restante al sistema privado.
Cuidar a las AFJP
El secretario de Seguridad Social, Alfredo Conte Grand aclaró que el mercado de las AFJP no se verá "acotado o restringido" pese a que el esquema propone que la mayor parte de los aportes sean administrados por el Estado para garantizar una cobertura básica de todos los trabajadores.
La porción que administrarán las AFJP "será igual o parecida a lo que manejan en la actualidad, ya que el mercado se va a agrandar porque todos van a aportar a los dos componentes, el básico y el complementario", precisó.
"De lo que se trata es de fortalecer la contribución básica que el Estado necesita para extender la cobertura a toda la población, es decir a quienes no hicieron aportes o no los suficientes para jubilarse, pero todos los tipos de prestaciones o componentes trabajarán coordinados", agregó.
Camaño, por su parte, aclaró que no se plantea la destrucción del sistema capitalización, al que calificó de "absolutamente interesante" sino su mejoramiento, ya que las falencias del sistema actual se basan en que "fue pensado como negocio financiero".