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Después de la tormenta

Además de una multiplicidad de terribles secuelas que dejan las inundaciones, en el caso particular de la provincia de Santa Fe estamos en vísperas de otros riesgos que se suman a los sanitarios. Un potencial de conflictos sociales está en ciernes. La creciente presencia de tropas militares y policiales en las calles de la ciudad capital y un virtual estado de anomia en la asistencia a pobladores autoevacuados, hacen emerger un riesgo cierto de que se coarten las libertades individuales. Es indispensable que nuestra solidaridad no quede limitada a la provisión de ropas, sino que desde esta latitud territorial coordinemos acciones de trabajo comunitario y de defensa irrestricta de los derechos humanos. En los momentos de crisis nuestra activa presencia debe ser garantía del respeto a la dignidad de todos y cada uno.
Carlos A. Solero