La guerra del glifosato, que enfrenta a la empresa Monsanto con entidades gremiales de la producción, se recalentó esta semana con la realización de una audiencia pública convocada por la Comisión Nacional de comercio Exterior, y por la advertencia de China respecto de posibles represalias comerciales en caso de que la Argentina aplique aranceles compensatorios a las importaciones de agroquímicos de ese origen. La embajada China en Argentina salió a respaldar la postura de las entidades del agro que, con excepción de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), denunciaron el antidumping reclamado por Monsanto y Atanor contra las importaciones de glifosato chino como una maniobra para quedarse en forma monopólica en el mercado. Las cuatro entidades, Sociedad Rural, CRA, Coninagro y FAA se reunieron principios de semana con el embajador Wang Chuanxin, quien advirtió que China compra productos a la Argentina por 1.200 millones de dólares y exporta sólo 120 millones, 35 millones de los cuales corresponden a glifosato. Mientras Federación Agraria, Sociedad Rural y Coninagro pidieron directamente el archivo de la investigación, CRA tomó distancia. En un comunicado firmado por su presidente, Manuel Cabanellas, la entidad advirtió que la aplicación de aranceles compensatorios puede incidir en una suba del costo de producción para las explotaciones agropecuarias pero aclaró que la disputa "debe ser dirimida en ámbitos competentes y no se debe involucrar en la adhesión o rechazo al pleito planteado". Implícitamente, los confederados apuntan a la directa vinculación de una de las organizaciones, Coninagro, que cuenta entre sus filas con una cooperativa que procesa glifosato. Mario Raiteri, de la entidad que agrupa a las cooperativas, reconoció esa situación pero insistió en que las trabas al glifosato chino "perjudicarán a todos los productores". Eduardo Buzzi, presidente de Federación Agraria, expresó que "no está probado que el dumping exista ya que pese a las reiteradas invitaciones formuladas pro funcionarios chinos para técnicos argentinos verifiquen los mecanismos de producción y comercialización del producto en ese país, aún no se ha hecho". "Si las autoridades argentinas ceden ante la presión de Monsanto para que se apliquen aranceles, pro cada dólar de aumento que ello signifique en el precio del producto, los productores transferirán a la multinacional y a alguna empresa menor, alrededor de 120 millones de dólares por año", señaló. La disputa está entrando en su etapa definitiva. El miércoles se realizó en la Cancillería la audiencia pública convocada por la Comisión Nacional de Comercio Exterior. En el encuentro, Monsanto reiteró que el daño que causa a la industria nacional el ingreso a precio más bajo del glifosato chino y aclaró que la imposición de aranceles compensatorios no implica riesgos de monopolio ya que "hay otros países que venden el producto a la Argentina y hay empresas con intenciones de fabricar el herbicida si se modifican las condiciones actuales".
| Dirigentes, tras el encuentro con el embajador chino. | | Ampliar Foto | | |
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