Washington. - Un importante funcionario estadounidense visitó Arabia Saudita el sábado pasado para pedir a las máximas autoridades del reino que extremaran la seguridad en uno de los complejos residenciales de Ryad que dos días después fue blanco de un atentado terrorista.
Una alta fuente del gobierno de Washington, citada por la CNN, dijo que el viceasesor de seguridad nacional estadounidense, Steve Hadley, viajó a Ryad y se entrevistó personalmente nada menos que con el príncipe heredero saudita, Abdullah Ben Abdel Aziz (la máxima autoridad del reino, ya que el rey está postrado), su canciller Saud al Faisal y el ministro del Interior, Abdul Nayef. Preocupado por información de inteligencia sobre atentados inminentes en ese país, el enviado de Washington exigió a los sauditas una "fuerte presencia de seguridad", para evitar cualquier ataque, agregó la fuente, que no reveló su identidad.
Dos días más tarde, el lunes pasado, tres atentados atribuidos a la red Al Qaeda de Osama Bin Laden sacudieron sendos complejos de viviendas de Ryad habitados por ciudadanos occidentales. Aunque Estados Unidos estimó los muertos en más de 90, para Arabia Saudita son 34, incluidos siete norteamericanos y nueve kamikazes, y 194 heridos, según el último balance del Ministerio del Interior saudita. Funcionarios del Departamento de Estado estimaron que las víctimas mortales norteamericanas eran ocho.
Esta versión sobre la supuesta gestión de Hadley se difunde en medio de una ola de críticas de la prensa estadounidense contra Ryad por desoír otras advertencias norteamericanas y también de legisladores demócratas y republicanos contra el presidente George W. Bush por concentrarse en Irak y descuidar a Al Qaeda.
La monarquía saudita minimizó estas críticas y aseguró que continúa luchando esforzadamente contra el terrorismo.
Salida de occidentales
Cientos de ciudadanos occidentales comenzaron a abandonar Arabia Saudita por razones de seguridad, tras el triple atentado perpetrado por Al Qaeda en Ryad. "Ciertos vuelos con destino a Europa y Estados Unidos estaban ayer completos, pero para los próximos días quedan algunas plazas", informó una agencia de viajes. "Hay un alza de un 10 por ciento a 20 por ciento de las reservas de los norteamericanos y británicos que desean salir del país, pero no se trata de un éxodo".
Estados Unidos ordenó a sus diplomáticos "no esenciales" y a sus familiares abandonar el país por temor a otros atentados, pero ninguna otra embajada occidental pidió a sus ciudadanos abandonar el reino, aunque ciertos gobiernos recomendaron la partida.
Unos 100.000 occidentales -entre ellos, 40.000 norteamericanos y 30.000 británicos- viven y trabajan en Arabia Saudita, la mayoría de ellos en la provincia oriental, rica en petróleo, en Ryad y en Yedda, frente al Mar Rojo. Numerosos occidentales permanecen en sus casas desde el atentado del lunes y varias firmas que emplean ciudadanos de esa procedencia siguen cerradas o redujeron sus actividades. (DPA)