Los dueños de transportes escolares están "furiosos" con la Municipalidad. "Hace años que la entrada y salida de escolares es un caos en el centro. Los padres estacionan hasta en triple fila y nadie toma medidas. No se tiene en cuenta la integridad de los chicos ni nuestro trabajo", se quejó ayer la presidenta de la Asociación Rosarina de Transportes Escolares (Arte), Amanda Marchetti.
El director general de Tránsito, Rolando Marcantoni, aseguró que la dependencia que dirige pone todos sus esfuerzos para darle solución al problema, aunque reconoció que "nada es suficiente".
"Hemos colocado dos agentes en las escuelas más conflictivas y rotamos personal en otras. La gente de Rosario Vive (beneficiarios del plan Jefas y Jefes de Hogar) nos ayuda diciéndoles a los padres que no estacionen indebidamente, pero no les dan bolilla. Las multas que labramos en las puertas de las escuelas representan el 30 por ciento de las casi 17 mil que se hacen en el mes, pero la gente sigue estacionando donde quiere", señaló.
Lo cierto es que los funcionarios dicen que necesitan más inspectores de tránsito para ejercer un mejor control, aunque admitieron que "sólo más educación vial garantizará una solución al problema". Por eso, ya anunciaron que le pedirán ayuda al Ministerio de Educación provincial para trabajar con maestros y padres.
La presidenta de Arte aseguró que hay una docena de establecimientos céntricos que entre las 8 y las 9, las 12 y las 13, y también cerca de las 17, convierten el tránsito en un pandemónium. "En estos lugares los padres dejan las balizas encendidas, estacionan en cualquier lado y a veces se quedan hablando. Mientras tanto, nosotros no tenemos dónde estacionar y esto va en contra de nuestra posibilidad de dar un buen servicio. Se necesitan inspectores con los pantalones bien puestos para poner un poco de orden".
Arte nuclea a 350 transportistas escolares en la ciudad, quienes en general, y acorde a la crisis, tienen habilitado un solo vehículo. Por el traslado de cada chico (ida y vuelta) cobran en promedio unos 60 pesos mensuales. Y como sostienen que el negocio no va viento en popa refuerzan sus reclamos de que el tránsito se ordene, para que puedan dejar y retirar a los chicos en la escuela a horario.
"No podemos perder más"
"En los 80 llegué a tener 74 chicos y dos vehículos. El año pasado tuve apenas seis y ahora unos 20. Es que el transporte escolar se ha convertido prácticamente en un lujo. Los padres, si pueden, llevan a los alumnos en sus autos o pagan medio servicio. Entonces, los transportistas no podemos perder más: llegar al lugar donde nos corresponde estacionar y encontrar que está ocupado por un particular es una barbaridad", se quejó Marchetti.
La empresaria resaltó que lo que más les preocupa a los transportistas es la inseguridad de los chicos. "Los alumnos salen en bandadas. Si hay un kiosco cerca se desesperan y pasan entre los autos mal estacionados, es un peligro", remarcó.
"Sabemos que hay más de una decena de colegios en el centro con este tipo de problemas. Lo peor es que los padres saben que esto es así y no corrigen sus conductas: se trata de una cuestión cultural que trataremos de revertir coordinando acciones con los establecimientos a través del Ministerio de Educación", señaló el director de Transporte, Alejandro Boggiano.
Por su parte, el titular de Ingeniería de Tránsito, Santiago Tazzioli, apuntó dos medidas que podrían solucionar el problema. Por un lado, que los establecimientos que tienen más de una puerta deberían habilitarlas para poder hacer más fluido el ingreso y la salida de los alumnos. Y agregó que "sería necesario que se espaciaran los horarios entre un turno y otro para que no se junte un enorme caudal de alumnos, padres y vehículos en los ingresos de las escuelas".