El equipo Ferrari se presentó ayer en el autódromo A1-Ring, donde hoy comenzará la actividad oficial del GP de Fórmula 1 de Austria, buscando olvidar su mayor error del campeonato 2002, la orden impartida al brasileño Rubens Barrichello para que dejara ganar a Michael Schumacher, y a la vez pensando en sumar un nuevo triunfo. "Las reglas sobre las órdenes de escudería cambiaron por ustedes, porque no les gustaban", dijo ayer a la prensa Schumacher, quien agregó que "Ferrari jamás volverá a recurrir" a esa disposición "y seguramente no se cometerá más ese error". "Mi memoria de aquel Gran Premio -dijo a su vez Barrichello- es que partí en la pole, mantuve la punta y terminé en la última curva. Crecí mucho y no quemo energías para recordar ciertas cosas. No lamento para nada volver a Austria", enfatizó. Aquel incidente ubicó ayer a Ferrari en el centro de la noticia del Gran Premio de Austria, al que la escudería italiana arribó igualmente con las credenciales repuestas, tras las dos últimas victorias de Schumacher en el campeonato. El circuito Al-Ring, que fue eliminado ya para 2004 del calendario mundial, será escenario hoy de las primeras pruebas no válidas para la grilla de largada, sobre un trazado que mide 4.326 metros. Tanto Barrichello como Schumacher tendrán a su disposición desde hoy la nueva Ferrari F2003-GA, ganadora en su debut de Barcelona, mientras que Renault correrá con el nuevo motor RS23 y McLaren utilizará su viejo modelo MP4-17D, pero con novedades aerodinámicas, en espera de la aparición del nuevo MP4-18 en Magny Cours. "Los cambios en Ferrari no son tan impresionantes con el nuevo modelo", señaló por su parte el colombiano Juan Pablo Montoya, también optimista ayer, no obstante el pobre rendimiento de Williams en el inicio del campeonato. (Télam)
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