Cambiar un beso por un billete para obtener como regalo un helado o un CD. Esa era la consigna del juego que se realizó en el boliche para menores Archie (Oroño y Salta) y que provocó revuelo en más de un adulto. El concejal del ARI Gustavo Gerosa aseguró que se trata de "una verdadera deformación del concepto sexual de los menores" y por eso presentó en el Palacio Vasallo un proyecto para que se prohíban estas actividades. Ante las consideraciones del edil, el dueño del local, Patricio Garahan, no dudó en salir a dar explicaciones. "No tenemos nada que esconder. El billete es sólo un juego y una forma de hacer que chicos y chicas se encuentren. En realidad los adultos tendrían que preocuparse por cosas mucho más graves que suceden a la noche, como los boliches que venden alcohol a menores", retrucó.
Lo cierto es que el viernes pasado las puertas de Archie abrieron a las 22 y como todos los fines de semana el boliche tenía un juego como propuesta. Y esta vez, al ingresar los varones recibieron un billete (como si fuera un Lecop) donde en lugar de decir valor nominal un peso, dice en grande "un beso". Durante la noche, las chicas debían conseguir los billetes que los varones canjearían por un beso. Así, con un billete las chicas se ganaban un helado, con cinco obtenían una entrada gratis para el viernes siguiente y con diez billetes se hacían acreedoras de un CD.
Este intercambio es, para el concejal del ARI, "el primer escalón de actitudes y costumbres que terminan conduciendo a la degradación de los principios básicos en la formación del menor". Y por eso es que en defensa de la "salud moral de los jóvenes" propone que el Ejecutivo Municipal prohíba esta actividad.
Pero para Gerosa este tipo de actividades es sólo un disparador para "comenzar a ocuparse por los adolescentes, porque verdaderamente no se hace nada por ellos. Hay infinidad de temas que habría que tratar con los chicos y no se hace, como el sida, las drogas y la seguridad".
Es más, cuando se planteó la comparación de este juego con los que estaban de moda tiempo atrás, como la botella, el semáforo y verdad consecuencia, el edil aseguró: "Es diferente".
"En esos juegos el fin último era robarle un beso a una chica, en cambio aquí el beso es un elemento de intercambio para obtener un premio. Además, tengo entendido que en algunas ocasiones el billete se intercambia por una tocadita de cola y no por un beso", se quejó.
Pero el titular del boliche negó rotundamente esta afirmación. "No es así, porque dentro del boliche saben que lo que el concejal llama una tocadita de cola es una falta grave, como si fuera una pelea, y las chicas saben que sólo tienen que avisar a la gente de seguridad si eso les pasa", explicó Garahan.
El dueño del local remarcó que "este tipo de actividades se realizan también en los boliches para menores de la costa atlántica y Buenos Aires, como también se hacían acá en boliches como Stadium. Además, no dice dónde tiene que ser el beso, puede ser en la mejilla, y en la mayoría de los casos los chicos sólo les roban a las chicas una charla".
Los especialistas
Los profesionales no se quedaron afuera del debate. La Capital consultó a la especialista en adolescentes Mirta Guelman, quien opinó que "no se trata de un juego que haya que combatir o prohibir, porque nosotros jugábamos a la botella. La diferencia es que ahora los adolescentes tienen mucha más vergüenza de tener expresiones de afecto y entonces, la excusa es el premio para que ellos se relacionen".
Es más, la pediatra lo calificó de un "juego ingenuo" y una forma de hacer que "los chicos no estén por un lado y las chicas por el otro, sino que se encuentren y establezcan relaciones".
En cambio, la coordinadora del Instituto de Adolescencia del Colegio de Psicólogos, Cecilia Pedro, opinó que "no es algo terrible, pero sería mejor sustituir este juego por otro más inocuo", y explicó que "no es lo mismo dar un beso cuando la joven quiera y donde ella elija, que hacerlo para ganar un billete".
Además, la profesional recordó que "la adolescencia es un momento de mucha vulnerabilidad y con esta propuesta quizá una chica, por imitar y ser aceptada por a sus pares, termine haciendo algo que no quiere. Entonces, los adultos tienen que ser cuidadosos ante esa vulnerabilidad".