Los argentinos no sabrán hasta hoy si el próximo domingo habrá ballottage. Esto se debe a la confusa e intrigante situación planteada ayer por la fórmula que integran el ex presidente Carlos Menem y el gobernador Juan Carlos Romero. Para abonar la incertidumbre, sobre el filo de la medianoche, Menem salió al balcón del Hotel Presidente para dirigirse a sus fieles seguidores. "No los voy a defraudar", dijo, y luego los invitó a retirarse del lugar con la promesa de que "mañana (por hoy) va a haber novedades".
Pero hasta poco antes de las 21 todos los indicios, abonados con dichos de los más estrechos colaboradores del postulante de los diversos sectores internos, daban por cierta la decisión de Menem de bajarse del ballottage.
Sin embargo, poco después de esa hora, una media docena de encumbrados dirigentes hipermenemistas comenzaron a realizar gestiones ante el propio candidato para "persuadirlo" de que dé batalla en la segunda ronda. "El presidente está tranquilo, no quiero decir más nada", comentó un nervioso Alberto Kohan a La Capital cerca de la medianoche.
En definitiva, Menem anunciará hoy a las 10, en La Rioja, su decisión sobre su participación en el ballottage. Así lo confirmó el vocero del ex presidente, Jorge Azcárate, quien agregó que el estado de ánimo de Menem "es muy bueno y que se encuentra analizando la situación".
El hermetismo del riojano alimentó especulaciones sobre una reconsideración de la determinación de desertar. Fue cuando, sonriente y de buen semblante, salió al balcón del Hotel Presidente, de la Capital Federal, convertido en una verdadera meca para los dirigentes menemistas.
Durante la tarde, al menos dos textos de renuncia al ballottage fueron prolijamente repasados por los integrantes de la fórmula, mientras estrechísimos colaboradores del candidato admitían que las cartas estaban "echadas".
En tanto, un documento -luego identificado como falso por el vocero de Menem- era deliberadamente repartido en el Parlamento y en el mismísimo búnker menemista para supuestamente "explicar" los motivos de su renuncia a competir en la segunda vuelta.
Desde el comando de Néstor Kirchner se optó por la cautela, y quienes salieron a hablar con los medios prefirieron eludir respuestas puntuales.
Aunque se había anunciado una conferencia de prensa del santacruceño, su figura no apareció ante los periodistas y las declaraciones quedaron a cargo del portavoz del candidato, Miguel Núñez.
Núñez definió la jornada como "lamentablemente bochornosa para el país" a raíz de la decisión de Menem de asumir actitudes que "no conducen a nada y son poco serias".
"Menem nos ha sometido a los argentinos a una jornada oprobiosa", dijo Núñez, mientras hasta poco antes de las 22 decenas de personas le pedían a Menem, frente al hotel donde se aloja, que no abandonara la carrera electoral.
Uno de los más entusiastas era el ex presidente de Racing Daniel Lalín, quien intentó armar un operativo clamor con militantes llevados al hotel desde el conurbano bonaerense. Pero no sumaban más de 400.
El subibaja
Lo cierto es que el búnker menemista fue un verdadero hervidero de dirigentes que entraban y salían sin informar sobre la eventual renuncia.
Pero cuando la noche comenzaba se dieron algunos gestos que parecían indicar que Menem no renunciaría. Primero fue la desmentida de la "carta", luego el regreso de los spots televisivos de campaña con el eslogan "Vamos Menem", que habían sido levantados, y finalmente la aparición del candidato desde una de las ventanas del hotel para saludar a sus seguidores.
Esta actitud de Menem descolocó incluso a su rival patagónico, quien tenía previsto realizar una conferencia de prensa en la Casa de Santa Cruz, la que finalmente suspendió.
Las versiones surgieron desde el propio riñón menemista, donde sostenían que, a primera hora de la mañana, Menem le habría comunicado a su círculo íntimo su decisión de bajarse y que, incluso, se la habría manifestado al titular del BID, Enrique Iglesias, con quien se reunió ayer al mediodía.
Sin embargo, desde otro sector del menemismo, se insistía en que no se bajaría e intentaban desactivar los rumores. Entre los que no quieren que abandone están Carlos Corach, Alberto Kohan y Eduardo Bauzá. Del otro lado, se ubican Angel Maza, Eduardo Menem, Rubén Marín y numerosos intendentes y legisladores.
En el entorno se justificó la posición de los primeros en que esos dirigentes "no tendrían nada que perder" ante una eventual derrota de Menem, mientras que los segundos quedarían mal parados para enfrentar sus compromisos electorales en los próximos comicios.
Si bien ninguno de los rumores fue confirmado, lo único cierto al final del día es que Menem viajará en las primeras horas de hoy a La Rioja, donde deberá comunicar, finalmente, si renuncia o participa del ballottage.
Quizás el destino quiera que la decisión se tome, precisamente, cuando se cumplen 14 años de su triunfo ante Eduardo Angeloz, en 1989. "Si el voto es contra Menem, les ahorro el trámite", decía la carta de renuncia, supuestamente apócrifa. Hoy será el día de la verdad.