El presidente Eduardo Duhalde afirmó ayer que una renuncia de Carlos Menem a participar de la segunda vuelta electoral del próximo domingo representaría una "irresponsabilidad histórica".
Cuando sobre el mediodía de ayer arreciaban las versiones en torno a que el hombre fuerte de Anillaco declinaba su candidatura, Duhalde sostuvo que "hay una responsabilidad histórica de concluir este proceso (electoral) con el voto en segunda vuelta, por lo que interrumpirlo sería una irresponsabilidad histórica".
El presidente calificó con esos duros términos a la casi segura renuncia de Menem a enfrentar a Néstor Kirchner en segunda vuelta, luego de haberse impuesto por escaso margen en la primera, para evitar una segura derrota, de acuerdo a los sondeos de opinión difundidos.
Asimismo, Duhalde sostuvo que el gobierno que asumirá el próximo 25 "seguramente tendrá el mayor porcentaje de votos de la historia", al descontar una holgada victoria de Kirchner sobre Menem en esa instancia, de concretarse la misma.
De ese modo, ponderó: "Habremos dado un paso muy grande para la subsistencia del sistema democrático" ya que cuando asumió "lo que estaba en juego era la democracia misma" y "estábamos caminando en un fino desfiladero y abajo estaba la anarquía".
"Hoy hemos dejado la terapia intensiva pero estamos en terapia intermedia", advirtió, en referencia al año y medio de gestión que encabezó, luego de la abrupta renuncia de Fernando de la Rúa, en medio de una fuerte crisis social y económica.
Metido de lleno en la política económica del próximo gobierno, sostuvo que "hay que resistir la tentación de repartir la riqueza que no se crea. Se necesita crear riqueza, y esa la crean los trabajadores y los empresarios".
"Después viene el segundo problema, qué hacemos con la riqueza que se crea", añadió Duhalde, quien señaló que "no hay que demorarse en el reparto" de esa riqueza, al apuntar que "los salarios se han caído muchísimo, hay que ir aumentando los salarios de los trabajadores poco a poco".
"Es un imperativo moral y ético aumentar los ingresos de aquellos que trabajan", estableció.
A su vez, el presidente reiteró su intención de "dar un paso al costado de los cargos ejecutivos" para "abrir el paso a las nuevas generaciones", aunque advirtió que "la política no se puede dejar" y que se propone "seguir ayudando, aunque sin ninguna clase de poder". "La edad de la pelea no es a los 61 años, que tengo yo, sino a los 45", afirmó.
Por otra parte, desautorizó los reclamos de los piqueteros, quienes anunciaron nuevas marchas y cortes de calles para cuando asuman las nuevas autoridades.
Al respecto, señaló que los dirigentes piqueteros "han sido reemplazados por personas que tienen las mismas actividades, pero son representativos de partidos políticos tan ínfimos que no se pueden presentar a elecciones".
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Nocaut o abandono. El presidente había chicaneado al riojano. |  | Ampliar Foto |  | |
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La Ciudad
