Reflexiones

Otro debate: el ballottage educativo

Laura Hojman

Si nos proponemos realizar algunas comparaciones entre las plataformas educativas de los dos candidatos que irán al ballottage, habría que aclarar que, aunque uno de ellos ya designó su postulante para el área educativa, éste difiere en su discurso en varios puntos clave del plan, mientras que otro de ellos ostenta un gigantesco equipo de técnicos pero aún no define a su futuro ministro.
Carlos Menem ya tiene designado a su ministro del área, el rector desde hace 19 años de la Universidad del Salvador Juan Tobías, un filósofo sencillo, apegado al espíritu jesuita de valoración de lo cultural y más alejado del culto al materialismo.
Pero a la hora de las definiciones, Tobías se muestra defensor acérrimo de la educación pública; del respeto a la autonomía universitaria y alejado de la alocada idea de arancelar los estudios o de pedir multas a los estudiantes que repitan materias en el nivel superior.
Sin embargo, en un pequeño libro que resume el plan de gobierno de Menem, de un pantallazo se infiere que la política educativa apuntaría esencialmente a vincularla fuertemente con el deporte; a lograr la informatización masiva de las escuelas y a capacitar laboralmente a los estudiantes en el polimodal, además de erradicar el analfabetismo y convertir a la educación en servicio exportable.
Lo contradictorio es que Tobías quiere "revisar los logros y las fallas" de la ley federal de educación, cuya reforma educativa desde 1993 no logró insertar más chicos en las escuelas, ni evitar el abandono ni unificar el sistema hoy partido en 13 subsistemas, y no queda claro si ese plan apunta a "profundizar la revolución educativa", iniciada con esa norma.
Tobías no quiere meterse con el examen de admisión en la universidad; "quiero que accedan la mayor cantidad de jóvenes", confiesa. Mientras el pequeño compilado de gobierno de Menem propulsa el "acceso a la universidad con una evaluación previa de nivel", no muy en sintonía con los dichos del voluntarioso rector.
Tampoco el candidato a ministro quiere rankear a las universidades para el reparto del presupuesto con parámetros de premios y castigos, pero existe en el plan un punto que propone el financiamiento del sistema universitario "con criterios de justicia social y eficiencia".
Desde las huestes de Néstor Kirchner, se difunde la acción de su gigantesco equipo de técnicos e investigadores que trabajan para la política educativa, con los postulados de fortalecer a la educación pública y a la universidad.
Empero el gobernador hasta estas horas aún no define, entre la terna existente, quién ocupará el Palacio Sarmiento.
Se sabe que encabeza las chances de ser ministra la senadora mendocina Marita Perceval, una filósofa que trabaja codo a codo en la Cámara alta con Cristina Kirchner; luego también estaría en carrera el ex rector de San Juan Tulio Del Bono, hombre de gran confianza del candidato y también su actual ministra de Educación Silvia Esteban. Mientras tanto, la casi autopostulación de la ministra durante el menemismo Susana Decibe se va esfumando con las horas (y con la resistencia de los técnicos de Kirchner).
También suena fuertemente para la Secretaría de Políticas Universitarias (el único servicio que le queda al Ministerio, las universidades) Augusto Pérez Lindo, fundador de varias casas de estudios, y Miguel Talento, un ex dirigente del peronismo universitario, hoy respaldado por la UBA y Franja Morada.
De fuerte contenido nacional, la plataforma del santacruceño plantea entre otros puntos, "educación pública y gratuita para todos; igualdad en el acceso a las oportunidades; sistema educativo federal, orientado y coordinado por el Ministerio de Educación, que apunte a la recuperación de la identidad nacional y el crecimiento y el progreso de las personas y del país".
Además promueve la "atención prioritaria a la población socialmente desfavorecida -coordinado con las áreas de salud- y de inclusión social y atención diferenciada e integral, para superar indicadores de repitencia, sobriedad y deserción", y priorizando también en los chicos con necesidades educativas especiales.