Año CXXXVI
 Nº 49.838
Rosario,
domingo  11 de
mayo de 2003
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Mercados
Las consecuencias de la política monetaria
La emisión para sostener al dólar derivará en alta inflación, caída de actividad, y tasas y dólar en alza

Salvador Distéfano

Cuando se queman los libretos hay que recurrir a la máquina de imprimir y sostener al dólar. Así, el actual presidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA) dejó atrás su presuntuoso discurso académico y enterró en el cajón de los recuerdos las metas firmadas con el FMI y la aplicación de políticas monetarias ligadas a inflación por objetivos o, como él dice en inglés, "inflation targeting". De ahora en más, que sea lo que el mercado quiera.
Un dólar por debajo de 3 pesos sería seguramente muy recesivo para la economía, pero no era ese el pensamiento de Alfonso Prat Gay en el primer trimestre del año cuando dejó que el dólar siguiera retrocediendo hasta llegar al valor que en algún momento pronosticó: 2,80.
Durante mucho tiempo, desde el BCRA se pensó que el precio del dólar se podría llegar a controlar a través de la intuición, con liberaciones parciales en el mercado y determinando desde un sillón de escritorio cómo se iba a comportar la demanda de mercado.
En realidad, el BCRA no tuvo en cuenta lo que acontece en la economía real, a saber:
* Un tipo de cambio bajo alienta las importaciones y desalienta las ansiadas exportaciones.
* De esta forma, los sectores ligados a la sustitución de importaciones y los exportadores dejaron de ser ganadores en la economía, y por ende no traccionan el crecimiento económico.
* Al no haber sectores con utilidad no hay espacio para el ahorro, por ende no hay demanda de dólares, y menos aún incremento en los depósitos bancarios.
* El sistema financiero está muy delicado, los bancos muestran ganancias devengadas, pero pierden operativamente, lo que terminará afectando patrimonialmente a las entidades.
* En los últimos 12 meses los bancos no recibieron un peso nuevo de depósito, y en cambio se cancelaron financiaciones por 15.000 millones de pesos. En este escenario, y sin negocios a la vista, los bancos necesitan una urgente capitalización, algo que no ocurrirá mientras que no se libere totalmente el mercado cambiario.
* El mercado cambiario no se libera totalmente ante el temor de una corrida bancaria, ya que quienes no pueden comprar dólares en la actualidad hacen plazos fijos a la espera de que se libere el mercado, y cuando opere tal liberación retirarán los depósitos de los bancos para adquirir dólares y esto producirá una corrida en el sistema que deberá ser apuntalada por el BCRA con redescuentos al sistema.
* Las altas tasas reales que pagan los bancos (por un plazo fijo a 30 días 25% anual y a 90 días hasta 30% anual contra una inflación proyectada de un dígito) no son sustentables en el tiempo, y por ende la tasa baja o los bancos comenzarán a tener problemas ya que pagan una alta tasa por el dinero que luego no prestan. Algún problema deben tener.
* En el actual escenario, los tenedores de dólares, que son mayoritariamente los bancos y exportadores, liquidan a cualquier precio los mismos para hacerse de efectivo. Los primeros, por tener problemas de liquidez, y los segundos, para afrontar los gastos de la cosecha.
* Si el BCRA no interviniera, el dólar bajaría a 2,50 y esto nos pondría en un dólar similar al de la convertibilidad. Por ende, hay que sostenerlo a este precio cueste lo que cueste.
* Se lo sostiene con una fuerte emisión monetaria; esos pesos pueden ir a dólar y hacer devaluar la moneda (algo que no ocurre), pueden ir a incrementar los depósitos del sistema financiero, hacer que baje la tasa y reestablecer el crédito (tampoco ocurre esto), o volcarse a la demanda de más bienes, lo que traerá aparejado inflación. Todo haría indicar que esta mayor emisión de pesos se volcará a bienes y traerá aparejado mayor inflación, lo que le seguirá quitando competitividad a la economía y carcomerá el poder adquisitivo de los salarios, que en su mayoría siguen en los mismos valores predevaluación.
Como se percibe a primera vista, Alfonso Prat Gay no tuvo en cuenta ninguno de estos conceptos y ahora debe recurrir a la emisión monetaria y, de acuerdo a como reaccione la demanda de pesos, actuar en consecuencia teniendo por delante un camino extremadamente incierto.
El BCRA y el actual equipo que lo dirige equivocan su política monetaria y las consecuencias son no cumplir con la carta intención firmada con el FMI, una emisión de 1.016 millones de pesos en cinco días hábiles de mayo y una compra de 363 millones de dólares, un dólar bajo que atenta contra el crecimiento económico, y un sistema financiero descapitalizado, sin dar crédito y con una cartera de préstamos públicos y privados con alta morosidad.
Creemos que se avecina un escenario de alta inflación, con caída de la actividad económica, y tasas y dólar en alza. Hasta ahora el saldo de la política monetaria es muy malo. Tal vez al presidente del BCRA no le avisaron que él sigue después del 25 de mayo.



Prat Gay, un pragmático a la hora de operar con el dólar.
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