Año CXXXVI
 Nº 49.838
Rosario,
domingo  11 de
mayo de 2003
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El Sras mató a más de 520 personas y hay 7.500 infectados en varios países
Los campesinos chinos se rebelan por miedo al contagio de la neumonía letal
Tiraron pescado y camarones a pekineses que emigran al campo. En algunas ciudades levantaron barricadas

Campesinos chinos, cada vez más preocupados por la neumonía atípica -que puede ser letal-, tiraron ayer pescado podrido a los coches en los que viajaban visitantes procedentes de Pekín. El gobierno chino anunció nuevas muertes, con lo que la cifra de fallecidos asciende a 235, y declaró 85 nuevos casos, en total 4.884 infectados, mientras los habitantes de las zonas rurales que asocian la enfermedad con las ciudades construyen barricadas para alejar a los habitantes urbanos.
Los campesinos lanzaron pescado podrido y camarones a una decena de autos procedentes de la capital en un popular día de campo que se celebra fuera de Pekín, enviando a los habitantes de la ciudad un mensaje para que permanezcan alejados. "¿Quién deja que la gente de la ciudad venga a los suburbios en momentos como éste? Se lo merecen", dijo uno de los campesinos que protestaron.
El síndrome respiratorio agudo severo (Sras) ha matado a más de 520 personas en todo el mundo e infectado a más de 7.500 en casi 30 países. China y Hong Kong son las zonas más afectadas con 447 muertes y más de 6.550 casos declarados.
En la ciudad china de Baoding, 150 kilómetros al sur de Pekín, una barricada de alambres en Changyuan, un barrio marginal, demuestra que el temor al virus está haciendo estragos en la vasta nación. Los habitantes de más de 1.000 viviendas marginales en Changyuan están convirtiendo sus vecindarios en guetos, incluso aunque ninguno de ellos ha contraído el virus que provoca el síndrome ni su barrio está en cuarentena.
Hong Kong dice que la Organización Mundial de la Salud (OMS), considerará levantar su advertencia de no viajar al territorio si no es esencial, cuando las nuevas infecciones desciendan a menos de cinco durante cinco días consecutivos, y el número de casos activos caiga a 60 o menos.

China sigue callando
La OMS dijo ayer que China no está proporcionando suficiente información sobre la neumonía atípica en el país. En Ginebra, la OMS dijo el sábado que las cifras mundiales de Sras eran de 7.296 casos y 526 muertes.
Del total de casos, 4.800 infecciones y 235 muertes han ocurrido en China, donde se cree que surgió el año pasado la cepa del virus. Pekín ha sido fuertemente criticada por haberse demorado en admitir la existencia de la enfermedad su territorio.
La OMS dijo que necesita más información sobre la situación en China. "No poseemos información detallada sobre la mitad de los casos en China, lo que nos permitiría detectar el Sras eficazmente", dijo la portavoz María Cheng.
"Hay mucha información faltante y estamos tratando de llenar los espacios en blanco. Las autoridades no saben cómo se contagiaron la mitad de los infectados. Nuestro equipo (en China) ha dejado en claro que necesitamos esta información para frenar el avance del virus. Esperamos que estos datos lleguen pronto", añadió.

Hong Kong cambia medicación
En Hong Kong, dos personas murieron después de haber sido infectadas por el virus de la neumonía atípica, donde en las últimas 24 horas también se registraron siete nuevos casos, anunciaron las autoridades sanitarias.
El balance total en ese territorio autónomo se establece en 212 muertos y 1. 674 casos de Sras. Este es el séptimo día consecutivo con menos de diez casos, una nueva señal de que la epidemia está en vías de ser controlada.
La combinación de medicamentos que se estaba suministrando a los pacientes de neumonía atípica en Hong Kong ha cambiado después de que un estudio revelara que parte del tratamiento no estaba haciendo efecto.
Los científicos de la Universidad de Hong Kong indicaron ayer que los esteroides que están empleando en las dos primeras semanas de la enfermedad no ayudan a combatir el virus, sin embargo incrementan las posibilidades de efectos secundarios.
Los centros hospitalarios en Hong Kong estaban empleando una combinación de esteroides y el agente antiviral Ribavirin desde los primeros días de que se diagnosticase la enfermedad.
Según el estudio de los científicos de Hong Kong, la enfermedad tiene tres fases. En la primera, el virus muta y se multiplica en el cuerpo y es el momento en el que los medicamentos antivirales pueden hacer efecto. Sin embargo, el estudio ha demostrado que los esteroides no ayudan en este estadio.
En una segunda fase, el sistema inmune del cuerpo no puede hacer frente a la enfermedad y comienza a dañar los pulmones. Entonces es cuando los esteroides pueden ser empleados y minimizar así los posibles daños.
Cerca de un 20 por ciento de los pacientes alcanza la tercera fase denominada "de destrucción pulmonar", en la que se requiere la respiración asistida en unidades de cuidado intensivo y que en muchos casos es mortal.
Pese a los esfuerzos del gobierno, la enfermedad se propaga en Taiwán rápidamente y su patrón de contagio está cambiando. En marzo, la mayoría de los casos eran personas expuestas a viajar al sur de China o Hong Kong, pero en abril comenzó a transmitirse entre habitantes dentro de la isla, con focos en tres hospitales de Taipei. A los joyeros de Hong Kong se les anunció que no podrán presentar su mercancía en la mayor feria del mundo, que se realizará en Las Vegas (EEUU), porque los organizadores no quieren correr riesgos.
Los daños económicos son importantes y un especialista gubernamental de economía, Wang Yuanhong, advirtió que la epidemia puede reducir el excedente comercial de China este año o, peor, transformarlo en déficit.

Precaución en Canadá
En Canadá, un hospital de Toronto aisló a más de 30 personas después de que una empleada presentara síntomas similares de la enfermedad, pero un experto dijo que confía en que esta empleada no padezca la enfermedad y que la cuarentena se levante pronto. "La verdad es que estamos siendo terriblemente precavidos", dijo Donald Low, jefe de microbiología del hospital Mount Sinai, donde se produjo el aislamiento.
"Cada vez que alguien desarrolla una infección del tracto respiratorio que puede relacionarse de algún modo con el Sras, nuestra responsabilidad es eliminar todas las posibilidades. C reo que es lo que hay que hacer, pero es difícil para nosotros volver a la normalidad". (Reuters, DPA y AFP)



Agentes sanitarios de Taipei trabajan en un edificio.
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