Año CXXXVI
 Nº 49.829
Rosario,
viernes  02 de
mayo de 2003
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El caso de la profesora de gimnasia muerta de tres balazos en la ruta 90
Una prueba crucial para aclarar el asesinato de una docente de Alcorta
Se halló sangre en el auto del único detenido. Quien quedará comprometido si se demuestra que es de la víctima

Jorge Salum / La Capital

Las manchas de sangre están en el asiento delantero derecho del Fiat 128. El auto pertenece al único sospechoso del crimen de una profesora de educación física de Alcorta, que está detenido pero jura que es inocente. A la mujer le pegaron tres balazos a quemarropa y se presume, aunque no hay certezas, que fue por motivos pasionales. Si se prueba que la sangre pertenece a la víctima, la situación del acusado sería mucho más comprometida.
El juez de Instrucción de Villa Constitución, Rubén Bissio, ordenó hace 10 días realizar una prueba de ADN a las manchas halladas en el auto. El magistrado quiere compararlas con material genético de Ana Rótolo, la víctima. La mujer tenía 40 años y la mataron la medianoche del 15 de marzo en un paraje desolado de la ruta provincial 90, entre los pueblos de Sargento Cabral y Santa Teresa, en el sur de la provincia.
Al día siguiente, efectivos de la comisaría de Alcorta detuvieron a Diego Fioretti, un amigo de Rótolo de 27 años. Por ahora es el único sospechoso y hay varios indicios que lo comprometen en la investigación del suceso.
Dos horas antes de que mataran a la mujer, Fioretti la visitó en su casa. Después se fueron juntos y un rato más tarde Rótolo apareció muerta. Estaba tirada sobre el pavimento de la ruta 90, a 6 kilómetros de su pueblo.
Fioretti declaró que a la hora en que se supone que la mataron estaba en su casa, mirando televisión, pero hay cosas que no cierran. Una de ellas es que dos testigos vieron en el acceso al pueblo de Sargento Cabral a una mujer que discutía acaloradamente con el ocupante de un auto. Si bien no dicen que se trataba del sospechoso, afirman que el vehículo era de formas cuadradas y de color claro, es decir como el Fiat 128.
Otra pista muy fuerte contra Fioretti es que la prueba de dermotest que le hicieron en su mano hábil, la derecha, dio positivo. Significa que hallaron rastros de pólvora, lo cual indicaría que recientemente habría disparado un arma. Para cualquier detective de homicidios, este sería un dato muy comprometedor.
El problema, para los investigadores, es que el arma no aparece. Y que Fioretti jura que es inocente. Por eso los estudios genéticos a las manchas de sangre halladas en el auto podrían ser clave para esclarecer el caso.
Hasta ahora el juez Bissio tendría dos o tres cosas muy claras. La primera de ellas es que a Rótolo la mataron en el lugar donde apareció el cadáver y no en otro sitio. Y otra es que el asesino le disparó desde muy cerca.
Fueron tres tiros, el primero en la cabeza y los otros dos en la espalda. Los peritos le habrían dicho al juez que la mujer no hubiese sobrevivido al primero y los abogados de la familia Rótolo, Luis Todino y Sergio Dicicco, creen que si esto es así fue un crimen con odio y saña porque los otros dos tiros fueron para rematarla.
Si fue Fioretti, y por qué lo hizo, todavía está por verse. Las sospechas apuntan a una relación sentimental de la mujer que habría puesto celoso al presunto homicida. Pero eso es algo que los investigadores sólo recogen por los rumores que circulan en el pueblo.
Aunque los habitantes de Alcorta -donde Rótolo era una persona muy querida- organizan marchas semanales para exigir el esclarecimiento del caso, los abogados Todino y Dicicco consideran que tanto la policía como el juez están realizando una investigación muy prolija.
Si bien se negaron a hacer comentarios puntuales sobre los indicios reunidos en el expediente, ambos admitieron que la prueba de ADN a las minúsculas manchas de sangre que los detectives encontraron en el asiento del acompañante, en el auto de Fioretti, podrían ser decisivas para acusar al único sospechoso.



Una marcha de vecinos por el asesinato de Ana Rótolo.
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