 |  | El adiós a Roberto Reyna, un grande del periodismo deportivo Anteayer, a los 84 años, falleció una de las voces más reconocidas
 | Javier Parenti / Ovación
Rosario, y en especial el periodismo deportivo, perdió a una de sus grandes glorias. El miércoles 30 de abril, a los 84 años, dejó de existir el legendario Roberto Mac Laughlin Reyna, un amante del deporte, aunque su principal debilidad era el boxeo. Tan es así que fue el primer relator del deporte de los puños de la ciudad. Un tipo para el que el mejor boxeador argentino fue Eduardo Lausse, pese a reconocer que Carlos Monzón fue el mejor de su época, con virtudes sin dudas, "pero en un tiempo en el que el boxeo mundial no estaba en su esplendor". Sus restos fueron sepultados ayer en el cementerio El Salvador. La voz de Reyna fue una de las más reconocidas en "La oral deportiva", por Radio Rivadavia. Durante 30 años, Rosario estuvo representado por este hombre que llevó a oídos de todos los grandes hechos del deporte nacional. Desde el fútbol hasta los Juegos Olímpicos, desde el básquet hasta los mundiales y, sobre todo, el boxeo, su gran pasión. Pero Roberto Mac Laughlin Reyna tuvo antecedentes por demás de válidos antes de llegar a esa emisora en 1964. Claro, si su carrera en la profesión se inició allá por 1947. Su primer día en LT2 Radio Splendid (hoy Radio Dos) fue el 9 de marzo de ese mismo año, cuando la emisora estaba enclavada en Santa Fe 1388. Quien lo llevó a la radio fue Carlos Allende, por ese entonces jefe de Deportes del diario La Acción e integrante de la audición "Panorama deportivo", junto con Ernesto Para Castelao, que iba todos los días de 19.30 a 20. Ese fue el gran puntapié de una carrera brillante. Ahí comenzó a abrir las puertas que lo llevaron a difundir los grandes éxitos deportivos argentinos y los acontecimientos de mayor relieve de una gran época. Y se lo ganó por sus iniciativas. No se guardó nada y apostó siempre a más. Por eso logró una gran trascendencia. Cinco o seis meses más tarde de aquel año 47, precisamente el 12 de septiembre, se atrevió a realizar la primera transmisión de boxeo para la ciudad, cuando en el estadio Cruce Park, ubicado en la esquina de Salta y San Nicolás, relató la pelea entre el entonces campeón argentino de la categoría welter, Amelio Piceda, y el porteño Pedro Ferreyra. Eran tiempos en que las radios rosarinas no contaban con transmisiones propias, ya que los principales acontecimientos deportivos llegaban por las cadenas de las radios Belgrano, El Mundo o Splendid. Un año más tarde fue el tiempo de "Charlas de café", una creación del propio Reyna. El escenario elegido fue el café Imperial, en la esquina de Santa Fe y Corrientes, hablando con los protagonistas de los distintos deportes rosarinos en torno a la mesa del bar y, lógicamente, café mediante, durante 18 años consecutivos. El fútbol también lo tuvo como uno de sus difusores. En 1955 cuando cubrió el Campeonato Sudamericano de Chile en el que Argentina logró el título al ganarle a los locales por 1 a 0. En 1960 Reyna cruzó el océano para traer desde Roma las informaciones de los Juegos Olímpicos, entre agosto y septiembre. Y en 1962 cubrió su primer Mundial, el de Chile 1962. En el 64 otra vez los Juegos y allá lo recibió Tokio. El 66 otra vez el fútbol del Mundial lo llevó a Inglaterra, ya con el equipo de Radio Rivadavia compartiendo cartel con José María Muñoz, Enzo Ardigó y Jorge Cacho Fontana. La historia de Reyna llegó a su fin. Una historia que, por su trayectoria, pero sobre todo por la clase de persona que fue, contará con el mejor de los recuerdos de aquellos que tuvieron el gusto de conocerlo.
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