Marcelo Minichetti / La Capital
Mercedes Sosa, León Gieco y Víctor Heredia presentarán el espectáculo "Argentina quiere cantar" el próximo domingo, a las 20.30, en el estadio cubierto de Newell's Old Boy's, en el parque de la Independencia. Los artistas ofrecerán el show que estrenaron en diciembre del año pasado en el Teatro Opera de Buenos Aires y que debieron suspender debido a una severa indisposición de la cantante tucumana.
La enfermedad de la Negra Sosa impidió que los músicos actuaran en Rosario, tal como estaba previsto, a principios de marzo primero, y luego en los primeros días de abril, en el Anfiteatro Municipal Humberto de Nito. El recital se postergó debido a que los médicos no autorizaron que la cantante actuara al aire libre.
La cantante tucumana, considerada la máxima voz de la canción argentina, superó el grave contratiempo de salud que puso en peligro su vida y, como aquella cigarra que describió magistralmente María Elena Walsh, regresó cantando, esta vez acompañada por dos discípulos que la honran y la consideran una referente de sus respectivas trayectorias.
En diálogo con Escenario, Sosa ratificó que ya se encuentra repuesta de su dolencia y confesó que no canta por decisión propia sino por consejo de sus familiares. "Me impulsó el papá de Fabián (Matus, su hijo), que era a quien más le interesaba porque era compositor -dijo-. Pero a mí me gustaba más estar tranquila en mi casa, ser una madre de familia".
-¿Cómo se siente en este nuevo regreso a los escenarios?
-Bueno, me siento con voluntad de cantar. La vuelta fue en el Luna Park y después estuvimos en Mar del Plata. Creo que lo más importante es mi voluntad de cantar y eso me hace sentir bien, mejorada.
-Víctor Heredia dice que cuando usted sube al escenario florece.
-Para el cantante estar en un escenario es muy importante.
-Al margen de lo económico ¿usted necesita actuar para vivir, como dice la canción?
-No. Lo que pasa es que yo tenía este contrato. Digo esto porque creo que, por mí, hubiera demorado un poquito más para volver a cantar. Pero imagínese que yo tenía que cantar aquel sábado (en diciembre de 2002) cuando me agarró ese ataque tan grave que al final fue del corazón, que se agrandó de una manera tremenda. Entonces tuve que estar hasta el día 23 de diciembre en la Clínica Trinidad y desde entonces estuve descansando hasta que volví en el Luna Park. Estoy todavía, ¿cómo le puedo decir... ? Estoy sana, pero estoy como convaleciente. Por ejemplo no puedo subir a un avión.
-Es decir que las giras internacionales previstas en el proyecto original no se podrán hacer por ahora.
-No, no... Por otros países no voy a estar.
-¿Quién o quiénes serán sus herederos artísticos?
-Ah, yo no sé eso porque no comprendo si en el mundo de los artistas hay herederos. Cada uno de los artistas tiene una personalidad muy fuerte...
-Cuando se presentó su biografía en la Feria del Libro usted dijo que nunca pensó en ser cantante.
-Es cierto. A eso me impulsó el papá de Fabián (Matus, su hijo), que era a quien más le interesaba porque era compositor. Pero a mí me gustaba más estar en mi casa, ser una madre de familia, tranquila. Pero este ha sido mi destino: uno hace planes pero después el destino lo lleva para otro lado.
-¿Por qué decidió hacer su biografía? ¿Fue una propuesta de Rodolfo Braceli?
-Hace mucho tiempo que Braceli me propone y creo que ya era la hora porque esto fue antes de que me enfermara. Hice como cinco o seis sesiones de conversación, más las cosas que él tenía escritas sobre mí y con todos los años que hace que nos conocemos con Rodolfo... Son cuarenta años...
-¿Esta es una gira previa a su retiro artístico o seguirá cantando toda la vida?
-No sé. Yo pienso que la gente que tiene buena voz puede cantar toda la vida si el público la escucha. Si el público la sigue a uno, ni siquiera porque uno es lindo, sino porque uno canta, nada más y despierta sentimientos...
-¿Cómo está su ánimo después de las elecciones del domingo último?
-Muy bien.
-¿Está esperanzada con lo que puede suceder en el país de ahora en más?
-Yo creo que en este país es muy difícil tener esperanzas... Muy difícil tener esperanzas en este país por todas las cosas que pasan, hasta el clima no nos favorece: mire lo que pasa en Santa Fe. Pero bueno, nosotros vivimos en la Argentina, no vivimos en otro lugar. Yo tengo mi casa acá y soy de acá, de la Argentina.
-En la última nota que hizo con Escenario dijo que no se consideraba una cantante del pueblo, ¿todavía piensa lo mismo?
-No me considero una cantante del pueblo porque el pueblo no me quiere, que es otra cosa. Yo no soy rubia, ni estoy teñida de rubia ni tengo ojos celestes; yo soy morocha, retacona, todo lo contrario y el amor de la gente es amor por la manera en que yo canto. Pero a la gente que está permanentemente viendo a otros artistas yo no le puedo gustar.
-¿Por sus pares se siente reconocida?
-Por mis pares sí me siento reconocida. Por ellos sí.
-¿Qué la acerca a León Gieco y a Víctor Heredia como para compartir una gira como la de "Argentina quiere cantar"?
-Tengo mucho cariño por León y por Víctor. Hace mucho tiempo que los conozco a los dos. A Víctor lo conocí cuando era muy jovencito. A León lo conocí después, cuando volví al país en el 82 a cantar y desde entonces somos muy amigos.
-¿En Rosario habrá sorpresas?
-No sé. Nosotros vamos a cantar nada más...
-¿Votó el domingo?
-Claro... No me va a preguntar por quién voté, ¿no?
-No le pregunto por quién, pero ¿irá a votar el 18?
-Claro que sí. Claro que voy a ir.
-Después de una elección en la que el porcentaje de votos anulados y en blanco fue relativamente bajo, ¿cree que los argentinos han madurado?
-Yo creo que la gente está más conciente. Espero que los gobernantes que vengan sean concientes de la muestra de civismo que dio la gente para votar el domingo y, salvo algunos escraches, la tranquilidad que hubo en la elección.
-Cuando presentó el álbum "La Misa Criolla" en Tucumán habló de su reconciliación con Dios, ¿cómo anda hoy esa relación?
-Bien, porque desde esa vez que estuve muy enferma ¿cómo no voy a agradecer a Dios? Por favor. Estuve muy grave realmente y ahora, en esta última enfermedad. Ha sido una cosa muy grave lo que me ha pasado... La verdad es que vengo de una familia muy católica, así que estoy muy cerca de Dios en este momento.
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La Ciudad
