Año CXXXVI
 Nº 49.828
Rosario,
miércoles  30 de
abril de 2003
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La habrían visto caminar normalmente por la terminal
El juez Triglia busca pistas del caso Abalo en Bell Ville
Viajó con su secretario a la ciudad cordobesa para interrogar a los testigos que la vieron antes de su reaparición

El juez de Instrucción Carlos Alberto Triglia se instaló ayer en Bell Ville para interrogar personalmente a varios testigos que supuestamente vieron a Susana Abalo en la terminal de ómnibus de esa ciudad momentos antes de que pidiera ayuda y dijera que la habían secuestrado. El magistrado intenta averiguar, entre otras cosas, quién compró el pasaje de ómnibus de Bell Ville a Rosario que apareció en la cartera de Abalo. Habría un testigo que dijo que fue alguien "muy parecido" a ella.
Triglia no descarta ninguna hipótesis sobre la misteriosa desaparición de Abalo por algunas horas y cree que las claves para esclarecer el caso están en Bell Ville. "Acá no hay pistas y en Córdoba, en cambio, hay mucho por investigar", dijo ayer el magistrado. Fue justo antes de viajar con su secretario, Juan Tutau, para hablar con los testigos que se cruzaron con la mujer la noche del viernes pasado.
Abalo fue el jueves a la Facultad de Derecho, donde estudia abogacía. En un momento abandonó el aula y tres testigos la vieron irse del edificio, pero alrededor de las 5 de la tarde sus compañeros se alarmaron porque no regresaba y denunciaron su desaparición.
Pasaron casi 30 horas hasta que finalmente reapareció en la ciudad cordobesa de Bell Ville. Tenía un corte en la cara y quemaduras que podrían haber sido causadas con cigarrillos en la espalda. Los forenses que la vieron ya dijeron que esas heridas fueron provocadas por otra persona. Aunque no recuerda nada de lo que pasó en ese lapso, Abalo asegura que fue secuestrada.
Triglia debe dilucidar el caso en una investigación a la que por ahora le sobran hipótesis y le faltan pistas. Es lo que fue a buscar el juez a Bell Ville, donde entrevistará a una decena de testigos. Entre ellos habría tres personas que presuntamente vieron a alguien parecido a Abalo desenvolverse con aparente normalidad por la terminal de ómnibus y sus alrededores, una situación que por ahora confunde más de lo que aclara.
Uno de esos testigos sería quien vendió el pasaje a Rosario hallado en poder de la mujer. El compañero de Abalo, Eduardo Brunetti, ha dicho públicamente que alguien lo plantó allí para "embarrar" la investigación, pero el testigo ya le habría dicho a la policía cordobesa que se lo vendió a una mujer que se parece a las fotos que le mostraron de la militante rosarina.
Otra mujer dijo a los uniformados cordobeses que vio a alguien como Abalo ingresar al baño de la terminal, cambiarse de ropa y salir. Esta testigo habría declarado que incluso habló con ella para decirle que había olvidado su paraguas. Ahora falta que diga si esa persona era Abalo o simplemente alguien parecida a ella.
Aunque los investigadores le otorgan valor a estos testimonios, ninguno de ellos servirá para explicar cómo se fue la mujer de la Facultad de Derecho y por qué apareció en Bell Ville. Y mucho menos para entender qué pasó en ese lapso.
Los propios investigadores destacan que el aporte de la víctima ha sido prácticamente nulo. "Ella dice que no recuerda nada y eso no ayuda", afirman. Por eso intentan profundizar la hipótesis de un secuestro sin descartar por ahora ninguna alternativa. Mientras tanto esperan los resultados de unas pericias para saber si Abalo fue dopada y para determinar si la interrupción de la ingesta de los medicamentos que toma regularmente pueden haberla afectado al punto, por ejemplo, de perder conciencia de lo que hacía.


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