cartas

Comportamiento archidespreciable

El miércoles 16 del corriente pasado llevé a mi hijo de 13 años a bailar a Archie (Salta y Oroño), junto con dos compañeritos. Era la primera vez que salían y, tanto para él como para nosotros, los padres, significaba algo importante. El había logrado que sus padres le dieran "patente" de grande y responsable, y para nosotros, sentimientos encontrados, algunos lindos, otros no tanto. En la entrada discriminaron a uno de ellos por tener la tez oscura. Lo hicieron a un lado y, junto con muchos otros, los hicieron esperar hasta que se cansaran y se fueran. Cuando los fui a recoger y me enteré de lo acontecido, me dio una gran vergüenza. No supe qué decir ni cómo explicarle lo sucedido a mi hijo y, principalmente, al nene discriminado. Aún hoy siento bronca y una gran vergüenza por nosotros, los grandes. Qué rápido y con qué crudeza la vida le enseñó a esa personita lo que es nuestra sociedad. Ojalá lo supere y se reponga, porque nuestro futuro estará, en cierto modo, en sus manos. No conozco a los dueños de Archie, pero quiero por este medio hacerles llegar mi más profundo desprecio y deseos de que ese emprendimiento les vaya mal, tengan que cerrar, y si invirtieron plata, la pierdan toda. Aunque esto no será nada comparado con el mal que nos están haciendo a nosotros.
Ariel Pérez