Año CXXXVI
 Nº 49.825
Rosario,
domingo  27 de
abril de 2003
Min 12º
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El cazador oculto: Una semana rara para la TV

Ricardo Luque / La Capital

La televisión vivió una semana extraña. De pronto, las planillas del rating dejaron de ser la gran atracción de las mañanas de los canales. Como por arte de magia las idas y venidas de ejecutivos, productores, animadores y directores con las mediciones de audiencia en las manos desaparecieron. Las palmadas en la espalda a los ganadores de la jornada anterior durmieron el sueño de los justos. Los cotilleos maliciosos sobre los condenados por los números se acallaron. Una calma tensa se apoderó de los pasillos. Nadie se imaginaba cómo podía ser la vida sin ratings. Pero tuvieron que vivirla. Tuvieron que resignarse a imaginar qué pasó con "X-Men". Sin saber a ciencia cierta si la película consiguió repetir la experiencia de la semana anterior de "The Matrix", que le ganó con comodidad al tándem "Son amores" y "Soy gitano". Pero la incertidumbre no afectó a todos por igual. Hubo quienes, al enterarse de que no había mediciones, respiraron aliviados. Son los que creen que sin el veredicto del público sus programas pueden resistir en el aire un tiempo más. El tiempo suficiente para que su proyecto se consolide en el gusto del público. Un espejismo. Nada más. Está probado que, sin anunciantes, los oasis en la televisión no tienen palmeras ni agua, y los anunciantes, sin ratings, no saben dónde pautar. El círculo se cierra como una horca sobre el cuello de un condenado a muerte. Pero lo peor es que, después de deshomologar a Ibope al detectar irregularidades en su sistema para realizar las mediciones de audiencia, nadie se pone de acuerdo sobre como sigue la historia. Los "people meters" están bajo sospecha. La consulta telefónica es cara. Mientras tanto la gente de la televisión se pierde de jugar el juego que mejor juega y que más le gusta. Porque si hay un momento en que realmente vale la pena estar en un canal de televisión es cuando llegan las planillas del rating. Esos diez, quince, veinte minutos en los que se analizan los números del día anterior son más emocionantes que viajar en la montaña rusa con Marilyn Manson al volante. Adrenalina pura. Un deporte extremo que se practica sin casco ni cinturón de seguridad.


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