Marcelo Batiz
A pocas horas de la realización de la primera vuelta electoral, que seguramente definirá los dos candidatos que disputarán el ballotage dentro de tres semanas, el espectro del empresariado local pareciera estar buscando un nuevo espacio o bien, recuperar el que tuviera hasta no hace muchos años. El desmembramiento de la representación gremial empresaria en los últimos años fue notorio y quedó en evidencia con la ruptura interna del ex Grupo de los 8, habitual interlocutor patronal de los gobiernos de turno. Ese quiebre no obedeció a simples caprichos ni a rencillas personales sino a una crisis de representatividad por un lado y a los conflictos de intereses por el otro. La experiencia de la ruptura dejó sus enseñanzas y el empresariado intenta ahora desandar el camino, aunque con algunos reacomodamientos a la luz de los nuevos tiempos. El propósito es claro: que las autoridades nacionales que asuman el 25 de mayo tengan del otro lado de la mesa una representación del empresariado lo más amplia y sólida posible. En los últimos días hubo cambios de importancia en las más importantes cámaras empresarias. La Unión Industrial Argentina (UIA) eligió a Alberto Alvarez Gaiani con casi dos tercios de los votos, en un giro significativo en relación con los resultados de las tres últimas elecciones en la entidad (Claudio Sebastiani en 1997, Osvaldo Rial en 1999 y José de Mendiguren en 2001). El triunfo del hombre de la Copal fue el resultado de la primera elección sin lista única en doce años, un síntoma de las dificultades para aunar voluntades dentro de la central fabril. Con un aditamento: la fuerza interna ganadora en 2003 fue la perdedora en 1991. Al respecto, el mensaje de Alvarez Gaiani fue claro, al asegurar que su conducción "no será proteccionista ni desarrollista". Otro cambio de timón fue el de la Cámara Argentina de Comercio (CAC), aunque a diferencia de la UIA, en este caso no subyacen diferencias de proyecto. Carlos de la Vega vuelve a la conducción mercantil después de una década de conducción de Jorge Di Fiori. Los dos cambios fueron precedidos por la "movida" empresarial del año, como fue la división de la representación de los banqueros. Cinco años de convivencia de la banca local y extranjera llegaron a su fin con el renacimiento de la Asociación de Bancos Argentinos (Adeba), en una reiteración de la ruptura que se diera en 1972. El pretexto de la presentación en sociedad de la nueva agrupación empresaria dio lugar a contactos protocolares y de los otros: la Cámara Argentina de la Construcción (CAC) escogió a la gente de Jorge Brito para la exposición pública de su plan de infraestructura, un clásico de tiempos electorales que en este caso llevó el piadoso calificativo de "posible". El sector agropecuario, por su composición, es el que muestra más dificultades a la hora de agruparse con el resto del universo empresario. Precisamente, uno de los desencadenantes del fin del Grupo de los 8 fue la disputa por la representación sectorial entre la Sociedad Rural y Confederaciones Rurales. Por el momento, el enfrentamiento con el gobierno por el tema impositivo insume todos los esfuerzos de los ruralistas. Pero en la dirigencia del sector no están desatentos ante los reposicionamientos de sus ex compañeros de ruta. Seguramente no estarán formalmente unidos el 25 de mayo en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno, pero los puentes están tendidos para que en el curso del año se encuentre la fórmula para superar las diferencias. (DYN)
| Gaiani busca cicatrizar heridas dentro de la UIA. | | Ampliar Foto | | |
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