Carlos Ghida Daza, técnico del área de Economía, Estadística e Informática del Inta Marcos Juárez, señaló que la situación favorable que presentó la economía del trigo luego de la devaluación "se sigue manteniendo", a lo que se suman "las perspectivas de una situación similar a la de la campaña pasada en cuanto a precios". "Esto, unido a la importancia del cereal para la sustentabilidad agronómica económica de la empresa hacen que no se deba descuidar la inclusión de esta actividad en los planteos productivos de las empresas de la región", señaló. Como conclusión de un trabajo elaborado sobre la evolución de los números del cultivo desde la devaluación, Ghida Daza describió los efectos del cereal en los resultados económicos de determinadas rotaciones agrícolas preponderante en la zona. Así, señaló que "la única actividad que resulta competitiva como monocultivo es soja de primera", aunque aclaró que su "sostenibilidad agronómica no es óptima". De las rotaciones, la combinación trigo/soja de segunda/maíz "muestra el mayor margen y variabilidad de resultados intermedia", a la par que "agronómicamente presenta resultados positivos ya que tiene niveles intermedios de extracción de nutrientes y positivo aporte del nitrógeno proveniente de la materia orgánica que deja el rastrojo". Los primeros pronósticos privados y oficiales hablan de una importante reducción de la superficie sembrada con trigo en esta campaña, como producto de una mayor liquidez de los productores (económicamente el cereal permitía contar con una caja a fin de año), la sojificación y los buenos rindes que ofreció el maíz en la última cosecha. Sin embargo, el panorama aún no está tan claro y, según el especialista del Inta Marcos Juárez, la apuesta triguera sigue teniendo sentido.
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