"Identity", de James Mangold, cuenta la historia de un grupo de pasajeros aislados en un hotel por una feroz tormenta. El problema, sin embargo, no es el violento fenómeno natural sino una amenaza humana. Uno de los diez huéspedes es un asesino y está matando uno a uno a sus compañeros. Al no conocerse entre sí, cada uno de los pasajeros es el posible homicida. El filme saca partido de una trama conocida pero que aún muestra su efectividad. Es decir, encerrar a un grupo de personas en un sitio aislado y mostrar las dificultades que encuentran en esa convivencia, claro que en este caso la situación llega al máximo límite, cuando la muerte se hace presente, como para confirmar las teorías de Jean Paul Sartre, cuando en su obra de teatro "A puertas cerradas" postulaba que el infierno no era una cuestión teológica sino nada más ni nada menos que los otros seres humanos.
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