El lugar que ocupa el alumno en la educación es el tema que Gustavo Oliva, profesor de la Universidad Nacional de la Plata, privilegió en su libro "La centralidad del alumno en el sistema educativo. Gobierno, estructura y financiamiento de la educación". La obra, que constituye una fuente de estudio para quienes trabajan en el campo educacional, fue publicada por la editorial rosarina Homo Sapiens. La calidad de contenido y publicación fue reconocida en la Feria del Libro que se lleva cabo en Buenos Aires; y es así que la Fundación El Libro, en el marco de las XIII Jornadas Internacionales de Educación, premió esta edición como una de las mejores en la materia, publicadas el año pasado.
Según entiende Gustavo Oliva, "el eje educación-conocimiento ya no constituye sólo un derecho inherente a la condición humana sino que hoy también adquiere un contenido estratégico, que pretende definir el nuevo sistema de poder en el mundo". En este sentido, las grandes transformaciones -dice- "nos enfrentan al dilema de crecer en educación o resignarnos a la impotencia que produce la ignorancia".
El crecimiento en educación obliga a un enfrentamiento constante con innumerables problemas que el Estado debe enfrentar, pero "lo que no puede hacer -dice el autor- a la hora de organizar la complejidad de la tarea, es perder de vista su objetivo y el principal destinatario de la misma: el proceso educativo y el alumno".
Este planteo, Oliva lo traslada a todos los niveles del sistema, desde el inicial al universitario y con esa base organiza su libro. Aparecen entonces capítulos destinados a analizar la educación en diferentes países, la estructura educativa y su financiamiento, y la necesidad de recuperar la centralidad del alumno dentro del sistema.
Inspirado en la obra de Paulo Freire, Oliva consideró también, en diálogo con La Capital, que la escuelas más que enseñar valores "deben constituirse como un modelo de valores en sí mismas". Finalmente, advirtió que los problemas de la educación cada vez que se los analizan, tienen muchas miradas, pero es precisamente esa "fragmentación de la mirada de la realidad educativa la que nos lleva a un camino errático, porque en todo caso lo que hay que hacer es posicionar a la educación como una cuestión prioritaria de Estado".