La pista que llevó ayer a la mañana al arresto de un arquitecto de 52 años por los ataques del Loco de la Escopeta languideció al final del día. El profesional fue localizado en el marco de la investigación del crimen de Florencia Rubino, la chica de 12 años que el sábado al mediodía recibió un mortal escopetazo en la cabeza mientras viajaba en colectivo, luego de que su nombre y domicilio aparecieran mencionados en el aluvión de llamadas telefónicas anónimas que se recibieron en la Jefatura de la Unidad Regional II. Pero la ausencia de indicios en su contra era a tal punto evidente que el juez de Instrucción Nº 10, Alfredo Ivaldi Artacho, declinó indagarlo y ordenó su liberación.
La policía confirmó que pese a la fallida pista hubo otras que permitieron, a partir de la aparición de nuevos testimonios dotados de coherencia y verosimilitud, la confección de un par de nuevos fotofits del francotirador.
El arquitecto detenido ayer a la mañana fue localizado en una vivienda de Funes. Hasta allí llegó la policía a partir de datos volcados en un llamado captado el domingo en la central de Comando Radioeléctrico.
Cosa de vecinos
Los investigadores hicieron foco en la conducta del profesional, una persona retraída y ermitaña según las descripciones, con una relación conflictiva con los vecinos. Con toda la información reunida por la policía, el juez Ivaldi Artacho ordenó un allanamiento en la vivienda de Funes y el arresto preventivo de su propietario. "Este hombre tiene alguna cualidad que podría relacionarse en algo con el perfil de quien buscamos. Pero tenemos muchas dudas", comentó una fuente policial a la mañana.
Las dudas eran muy fundadas. Los investigadores no encontraron ningún indicio para asimilar al arquitecto con el Loco de la Escopeta. Su rostro no guardaba ninguna semejanza con la imagen de los fotofit existentes. En su casa de calle Alberdi no se encontraron armas, aunque sí un Ford Mustang celeste. Entre el racimo de rumores deslizados el sábado pasado, luego desmentidos, se había deslizado que el asesino de Florencia Rubino usaba un auto de ese color. Pero el auto, luego de una pericia que no encontró rastros de pólvora dentro, fue restituido a su dueño al ser liberado.
El juez Ivaldi Artacho aclaró que no tenía elementos para elevar una acusación formal contra el arquitecto. "Se lo detuvo a raíz de un llamado telefónico denunciando un patrón de conducta compatible" con el del criminal, indicó el magistrado a La Capital. El juez señaló que el hombre sólo fue arrestado sin que se le imputara un delito para agotar todas las líneas investigativas. "Se intenta chequear todo para reunir la información posible y determinar si se lo vincula a la causa o no", expresó. Ivaldi confirmó que en el allanamiento no se secuestró ningún elemento con relación con el caso. La carátula del caso del sábado es homicidio calificado por el uso de arma de fuego.
Ayer La Capital le preguntó a dos investigadores del caso precisiones sobre una versión. Esta deslizaba la existencia del llamado de una abogada que dijo haber visto un auto sin patente en la zona de 27 de Febrero y Pueyrredón, el sábado a la hora del crimen, dentro del cual observó el cañón de una escopeta. "Hay algo así aunque todos esos datos no se verifican. No nos sirve la versión para acercarnos al criminal", sostuvo enigmático uno de los portavoces consultados.