| | cartas Que se nos escuche, ¿es mucho pedir?
| El día 10 de abril, a las 14.41, fui atendida por la señorita Mariela en Aguas Provinciales de Santa Fe, ubicada en peatonal San Martín 1106. Yo tenía una deuda con dicha entidad por la suma de 581,95 pesos, la cual con intereses ascendía a 947,53 pesos. Concurrí a la empresa para refinanciar la deuda y me encontré con planes de refinanciación nada propicios para un ciudadano común, tales como: 2 cuotas de 450 y 490 pesos; 4 años de pago y terminar pagando 2056 pesos; 2 años de pago y terminar pagando 1599 pesos. Yo lo único que pretendía era ser atendida por la encargada del sector y hacer un plan mensual y no bimestral, como me ofrecían en la empresa. Pedí en forma insistente que se me conceda una entrevista y una señorita de apellido Molina, responsable comercial de la zona centro, se negó consecuentemente a atenderme. Finalmente me vi obligada a optar por el primer plan de pago en dos cuotas. Mi pregunta es la siguiente: ¿hasta cuándo vamos a tolerar que una empresa privada que nos brinda un servicio nos trate como ciudadanos de segunda categoría? ¿Por qué no nos escuchan, por qué si tenemos la voluntad de pago nos tratan despectivamente, a punto tal de negarse a atendernos, aprovechándose del monopolio que ejercen sobre el servicio, ya que no tenemos la opción de pasarnos a otra empresa donde se nos trate como a personas, se nos escuche y ejerzan una buena voluntad para llegar a buen término? María del Valle Aráoz de Borro
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