| | La represión en Cuba trabó el lento proceso de apertura iniciado con EEUU
| Stephanie Griffith
Washington. — La embestida represiva del régimen cubano contra sus opositores derribó los apoyos existentes en el Congreso estadounidense para levantar el embargo comercial impuesto hace más de 40 años por Washington a la isla comunista. El Congreso era uno de los pocos ámbitos de Washington en donde se dieron pasos para normalizar las relaciones bilaterales, pero ese camino se cerró luego que Cuba encarceló a 78 disidentes pacíficos y ejecutó, luego de un juicio sumarísimo, a tres hombres que secuestraron un barco para emigrar a Estados Unidos. "Los pasos hacia la liberalización no conducen a ninguna parte", lamentó Sally Grooms Cowal, ex embajadora estadounidense en Trinidad Tobago y observadora de la situación cubana. La actitud de La Habana desató protestas mundiales, pero Cuba dijo haber obtenido el jueves una "victoria moral" al evitar una condena expresa de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Sin embargo, la Comisión emitió un dictamen que critica la situación de los derechos humanos en Cuba y pide al régimen que deje ingresar a una veedora, como ya se planteó infructuosamente el año pasado. Ayer, La Habana volvió a decir que no permitirá la llegada de la funcionaria de la ONU. En virtud de leyes aprobadas en 2000 y que habilitaron a exportar medicinas y comidas a Cuba, Estados Unidos exportó por 138 millones de dólares a la isla. "Ese comercio hubiera continuado aumentando", si no hubiera sido por esas detenciones, dijo Cowal quien predice una "nueva guerra fría" entre Washington y La Habana. Wayne Smith, del Centro de Política Internacional de Washington, fue igualmente apocalíptico. "En el corto plazo las cosas empeorarán", dijo y agregó: "Nos encaminamos hacia una situación peligrosa", debido a que las tensiones bilaterales van en aumento y la comunicación entre las partes se deteriora cada vez más. El congresista William Delahunt, quien viajó varias veces a Cuba, dijo que los legisladores que quieren normalizar las relaciones deberán ser muy cuidadosos. "Es un problema. Es un nuevo obstáculo. Sin embargo no cambia los méritos" de los argumentos en favor de levantar el embargo, dijo Delahunt, fundador de un comité de 50 miembros de la Cámara de Representantes que procura expandir el comercio y los viajes a Cuba. Hace sólo unas escasas semanas y con el mismo objetivo, el Senado integró su propio comité bipartidario. Cinco senadores republicanos y cinco demócratas dirigieron una carta a los líderes de la Cámara en la que calificaron de "ineficaces" las sanciones contra Cuba. Pero otros congresistas ya comenzaron a emplear un tono mucho más duro. Christopher Smith censuró esta semana a Castro por su "crueldad, sed de sangre y extrema paranoia". Sostuvo que los arrestos tuvieron como objetivo a "los más valientes y brillantes" opositores al régimen. Los 78 condenados por tribunales cubanos provienen de las filas de la disidencia más equilibrada y democrática y no de los sectores extremistas. El anticastrista Dennis Hays, de la Fundación Nacional Americano-cubana, dijo que "ninguna ley seria" para fomentar el comercio bilateral puede prosperar. Cuba advirtió ayer a Washington que las medidas punitivas que estudia, como bloquear las remesas de los cubanos residentes en EEUU, afectarán a miles de personas y le crearan más problemas a EEUU que a La Habana. (AFP)
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