Mauricio Maronna / La Capital
Finalmente, el gobernador Carlos Reutemann y el presidente Carlos Menem se encontrarán hoy en Rosario. La cumbre se producirá en horas del mediodía en las instalaciones de Canal 3, propiedad del empresario Alberto Gollán, donde los dos referentes justicialistas mantendrán un cara a cara clave en vista a los comicios del 27 de abril. Luego, a las 13, el riojano encabezará una multitudinaria reunión con empresarios en el Patio de la Madera y finalmente (a las 17) será el orador central del mitin que hará en el Monumento a Evita, en Diana y Lucero. Todo esto quedará condenado a la nada si el mal tiempo impide el traslado de uno u otro dirigente. El sorpresivo cambio de escenario (originariamente estaba previsto que el riojano y el titular de la Casa Gris intercambiaran saludos en el aeropuerto de Sauce Viejo) obedeció a los resquemores suscitados por la actitud de dirigentes menemistas "que querían convertir el recibimiento protocolar en un acto de apoyo a Menem", según pudo saber La Capital de fuentes altamente calificadas. Menem arribará a Fisherton a las 11.30, donde será recibido por el presidente del PJ provincial, Angel Baltuzzi, y una constelación de dirigentes alineados detrás de su candidatura, entre quienes se destacan Alberto Maguid, Carlos Bermúdez, Oscar Barrionuevo, Antonio Ciaurro, Rodolfo Vacchiano, Armando Traferri, Francisco Paz y Jorge Bilicic. A su vez, estará presente una delegación empresaria encabezada por Carlos Capisano. Cuando todo el protocolo se preparaba en la capital de la provincia para oficializar el encuentro entre el gobernador y el ex mandatario, el Lole hizo una finísima lectura de los diarios, tomó conocimiento de la movilización que pensaban organizar dirigentes capitalinos alineados con el riojano y actuó en consecuencia. "Reutemann es el dirigente mejor posicionado ante la sociedad y no romperá el compromiso asumido: su prescindencia no se quiebra. ¿O acaso no recibió hasta a (el candidato Juan Ricardo) Mussa?", dijo la fuente. Ayer, el diario Clarín tituló que "Reutemann le pone fin a su prescindencia", algo que molestó al santafesino. Sin embargo, nadie podría ocultar que el escenario más funcional para el futuro político del gobernador está vinculado a un triunfo electoral de Menem. En el campamento menemista se respiraba anoche un clima de euforia por el encuentro. "Nos damos el lujo de que el jefe no tenga que ir a Santa Fe, es el Lole el que tiene que trasladarse a Rosario. Me imagino que tendrán en cuenta este cambio...", arguyó con pretendida ironía uno de los colaboradores más estrechos del candidato del Frente por la Lealtad. Fuera de interpretaciones sesgadas, Reutemann fue uno de los pocos dirigentes de la primera línea nacional que conservó respeto por la potencialidad electoral del riojano. "Los analistas se equivocan, Menem no es ningún muerto político. Será dificilísimo ganarle una elección", se le escuchó decir en enero del 2001, cuando todo parecía estar pintado con el color esperanza de la Alianza. Luego fue más contundente, al afirmar en una entrevista con La Capital que "a Menem no lo para ni la Muralla China", en una declaración que sacudió el tablero político. Ya más cerca del calendario electoral, el santafesino coincidió con el menemismo al plantear que una interna justicialista sería el mejor método para dirimir el clima belicoso que exudaba el otrora Movimiento Nacional Organizado. Con todo ese background, Menem tendrá la postal más preciada de cara al último mojón del 27 de abril: una foto compartida con quien, hoy por hoy, goza del más alto porcentaje de imagen positiva.
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