Año CXXXVI
 Nº 49.817
Rosario,
sábado  19 de
abril de 2003
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Técnicos locales son demandados por su experiencia en grandes plantas
Aceite: Argentina también exporta recursos humanos
El caso de un argentino en Dubai

Unos días antes de comenzar la guerra entre Estados Unidos e Irak, cuando a la distancia sólo se podía imaginar a contingentes militares y de periodistas viajando al Golfo Pérsico, un ingeniero industrial rosarino desembarcaba cerca de la zona caliente. Diego Pereira no iba a la guerra: iba a ponerse al frente de una planta aceitera en Dubai, uno de los Emiratos Arabes Unidos.
Pereira, quien hasta hace unos meses poco tiempo antes se desempeñaba como gerente de la planta de Peconagra en San Lorenzo y ejercía la presidencia de Asaga, llegó a Dubai contratado por el grupo Al Ghurair, una empresa familiar que se constituyó en el holding más diversificado del emirato, con diez plantas elaboradoras de alimentos y negocios que se extienden al sector financiero y de la construcción.
La planta de procesamiento de semillas oleaginosas era el eslabón que le faltaba a la empresa, que cuenta con la integración de refinación y envasado de aceite y una flota de buques propios para proveerse de materias primas y entregar productos terminados a todo el mundo.
El emirato, asociado a la distancia al imperio del petróleo, es también sede de una economía diversificada a la cual el negocio de los alimentos no es ajeno. "El mercado de la región es muy interesante ya que es la zona donde se encuentran muchos de los principales importadores del mundo de aceite y harina, por lo cual es una gran ventaja estar instalado aquí", señaló Pereira.
El profesional rosarino, ingeniero industrial de 34 años, casado y con dos hijas, fue contratado por Al Ghurair luego de un exigente proceso de selección de tres meses, en el cual participaron tres consultoras internacionales.
"Fue un proceso muy exigente por tratarse de una búsqueda internacional, se transitan al menos cinco entrevistas, entre test psicotécnicos, de personalidad, habilidades específicas, idiomas y videoconferencias", recordó Pereira. La última etapa incluyó cuatro entrevistas intensivas en Emiratos Arabes durante dos días, con todos los departamentos involucrados: Proyecto e ingeniería, recursos humanos, presidente y chairman de la compañía, según explicó.
La Argentina es el principal exportador mundial de aceite de soja y el segundo de harinas. Este rol se apoya, entre otras cosas, en la característica de sus plantas de molienda, cuya capacidad de procesamiento promedio supera a las del resto. Esto le da un valor agregado a sus recursos humanos, que parecen transformarse también en "producto de exportación".
En el caso de la aceitera de dubai, "la empresa buscaba profesionales con experiencia en manejo de grandes volúmenes de procesamiento, un aspecto en el que Argentina se diferencia del resto del mundo debido a la gran capacidad de molienda de sus plantas y la tecnología", señaló Pereira, quien compitió en la selección con varios argentinos y brasileños.
En la estructura de trabajo de la planta revistan incluso muchos profesionales sudamericanos. Además, es cada vez más frecuente que empresas multinacionales radicadas en Argentina envíen profesionales a capacitar al personal de plantas instaladas en países asiáticos.
El otro costado de la historia es la vocación de los mercados compradores de desarrollar su propia industria aceitera. Argentina sufrió especialmente esta estrategia en el caso de importantes mercados, como China, que pasó de importar subproductos a comprar principalmente materia prima.
En el caso de Medio Oriente, que concentra buena parte de las importaciones mundiales de alimentos, Pereira no cree que pueda hablarse aún de un proceso de sustitución de magnitud y no ve "implicancias decisivas en la rentabilidad de la industria aceitera argentina ya que además de tener plantas muy modernas tiene la ventaja incomparable de la cercanía a las fuentes de materia prima, los bajos costos de energía en general y la cercanía al río Paraná".
Ubicado en la península arábiga, con una extensa frontera con Arabia Saudita, Emiratos Arabes Unidos es la confederación de siete emiratos. Ligado al imaginario de los magnates petroleros, el emirato emprendió hace varios años un esfuerzo de diversificación y se presenta como punto de entrada al mercado del Medio Oriente y también del sudeste asiático.
"En cuanto al grado de desarrollo con que cuenta la ciudad y su infraestructura, es realmente admirable", cuenta Pereira, quien señaló que las inversiones externas apuntan fundamentalmente a la industria hotelera (en Dubai se encuentra el único hotel 7 estrellas del mundo). Respecto de la adaptación, "al principio uno se asombra por la vestimenta y las costumbres, que son muy distintas, pero después de tres semanas uno se acostumbra, algo muy importante es el respeto hacia las personas", describió.


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