Año CXXXVI
 Nº 49.817
Rosario,
sábado  19 de
abril de 2003
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Por la ciudad
Un turismo que mezcle ocio, cultura y negocios

Adrián Gerber / La Capital

¿Rosario es una ciudad turística por antonomasia? Y la respuesta que dan los expertos en el tema es no, porque para que así sea una parte importante de los recursos económicos que genera la ciudad tendrían que provenir de esta actividad, y eso no ocurre. Diferente es la situación de localidades como Mar del Plata, Bariloche, Carlos Paz, entre otras, que sin el turismo no podrían subsistir.
Daniel Nardone, ex director de Turismo municipal y organizador de eventos, sostiene que "una ciudad hay que venderla a los visitantes por lo que es, porque de nada sirve hacer publicidad de un producto inexistente". Hay un ejemplo muy fresco que puede graficar esto: la Municipalidad y la provincia gastaron en enero y febrero pasados dinero y esfuerzo en promocionar y publicitar a Rosario como destino turístico, y en los avisos se la mostraba como un lugar ideal para pasar las vacaciones de verano. ¿A quién se le puede ocurrir que un porteño, que está a tres horas de las playas atlánticas, puede llegar a elegir Rosario para pasar una semana o quince días de vacaciones? ¿A quién se le puede ocurrir que alguien venga a Rosario a descansar en verano en lugar de ir a Córdoba, Mendoza, la Patagonia...? Esta estrategia obviamente fracasó rotundamente, los hoteles estuvieron vacíos durante toda la temporada estival. Porque no tenemos ninguna, pero ninguna ventaja comparativa como para competir con Mar del Plata, por ejemplo, por el turista de ojotas, sombrilla y reposera. Esta pelea no tiene sentido, es desperdiciar energías.
¿Pero Rosario no tiene posibilidades de atraer visitantes? Claro que sí, pero las motivaciones de la gente que puede venir difícilmente sean las vacaciones, sino razones de negocios, visitar a familiares y amigos, o asistir a ferias, congresos, encuentros, exposiciones y convenciones. El mundo atractivo de nuestra ciudad es el económico, cultural, deportivo, educativo y científico. Por eso, los especialistas locales sostienen que Rosario tiene que explotar su propio perfil, el de la ciudad productiva y de servicios multimodal más importante del interior del país.
El año pasado los congresos que se realizaron en Rosario tuvieron en promedio la asistencia de 400 personas cada uno, de las cuales al menos 200 fueron de afuera. Esta gente ocupó habitaciones de hoteles, paseó y consumió. Este es el perfil de visitante que viene a la ciudad, y es el que las autoridades y el sector privado deben potenciar en una estrategia de marketing conjunta.
A una persona que llega a Rosario por trabajo hay que incentivarla a realizar otras actividades en su tiempo libre, a prolongar la estadía, a volver a la ciudad acompañado de su familia.
A la par, hay que salir a competir para incrementar el número de eventos que se realizan en Rosario, una actividad que moviliza miles de personas y dinero. Porque, por ejemplo, de los 1.000 congresos que se desarrollan al año en el país, sólo 58 tienen sede en esta ciudad; y de las 300 exposiciones, nada más que 13. Y aquí sí que Rosario tiene ventajas comparativas: una ubicación geográfica privilegiada, entre las ciudades más pobladas del país; infraestructura, riquísima actividad cultural y de espectáculos, centros comerciales para todos los gustos, vida nocturna, gastronomía, hotelería, un río imponente, espacios verdes y recreación para todas las edades, entre otras atracciones.
Nunca está demás hacer una campaña para que vengan visitantes durante el fin de semana de Semana Santa para conocer el Monumento o hacer un paseo por el Paraná. Bienvenidos los turistas que llegaron a Rosario estos días. Pero al revés de lo que se piensa, estas son las motivaciones secundarias y no las principales que tiene la ciudad para atraer gente de otros lugares del país. Un congreso de médicos, una feria (como próximamente ocurrirá con Fiar), ser sede nacional o internacional de un torneo deportivo, un encuentro de escritores, un espectáculo de importancia, un encuentro religioso (como el que realizarán próximamente en Rosario los bautistas y que tendrá 6.500 asistentes), cualquiera de estos eventos moviliza mucha más gente y produce mucho más impacto económico que los potenciales turistas que vienen un fin de semana largo cada tanto.
Este es el mayor imán que tiene la ciudad para atraer visitantes.
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