Año CXXXVI
 Nº 49.814
Rosario,
miércoles  16 de
abril de 2003
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El gobierno colombiano cerró la puerta para el canje de prisioneros

Bogotá. - Con una contundente declaratoria de guerra a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), el presidente colombiano, Alvaro Uribe, dio prácticamente por cancelada ayer la posibilidad de realizar un intercambio de secuestrados por guerrilleros presos. En un tono desafiante, el mandatario notificó a los rebeldes que el gobierno "no prestará más atención a los cuentos de bandidos" ni accederá a su exigencia de desmilitarizar una zona del país que serviría de sede a un acuerdo en tal sentido.
"En Colombia no volverá a haber un milímetro desmilitarizado por la fuerza pública, para que esta caterva de bandidos abusen de la patria", afirmó Uribe en la ciudad de Villavicencio durante la inauguración de una brigada móvil del ejército. El jefe de Estado advirtió igualmente que "Colombia, en vez de convertirse en una zona desmilitarizada al servicio del narcotráfico, del engaño y el bandidaje, será un territorio donde el estado de derecho recuperará el imperio de la Constitución y la ley".
Con esos términos, poco usuales en un dirigente que había dado muestras de mesura, Uribe dio por concluida cualquier negociación con las Farc tendiente a posibilitar un intercambio de rehenes. El grupo rebelde había ratificado el lunes su intención de alcanzar un acuerdo de esas características, aunque aclaró que para ello era necesario que el gobierno de Uribe accediera previamente a sus exigencias.
La lista de condicionamientos la encabeza el establecimiento de una zona de despeje, similar a la que sirvió de eje al frustrado proceso de paz, garantías de seguridad para los portavoces rebeldes y el compromiso de que, a través de dicho convenio, sean liberados "todos los guerrilleros y guerrilleras" presos. En contra prestación, las Farc están dispuestas a dejar en libertad a la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, doce diputados regionales, dos ex ministros, un gobernador, un ex gobernador y 45 militares y policías, según señaló ese grupo en febrero.
Sin embargo, el presidente Uribe dejó en claro que su intención no es la de negociar, sino, por el contrario, conducir a las fuerzas armadas hacia una victoria definitiva en la lucha contrainsurgente. "Con este gobierno, con esta opinión, con este acompañamiento popular, con esta fuerza pública, a esos bandidos les llegó la hora de la derrota, de la derrota total y sin contemplaciones", declaró Uribe. (DPA)


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