ROSALIND RUSSELL
Bagdad. - La herencia cultural de Irak ha sido robada. Los milenarios y preciados objetos que documentan la evolución humana se han perdido, valiosos manuscritos han quedado reducidos a cenizas y los trabajos artísticos han sido saqueados. Los museos, galerías y bibliotecas de Bagdad están vacíos, saqueados e incendiados cada noche por bandas que operan ante el vacío de seguridad que ha acompañado la invasión de soldados estadounidenses en la ciudad y la caída del presidente Saddam Hussein.
Irak se asienta sobre la antigua Mesopotamia, la "tierra entre dos ríos", hogar del hombre prehistórico y cuna de la civilización. En las riberas de los ríos Tigris y Eufrates se estudiaron por primera vez las estrellas, se desarrolló la escritura y se impulsó un código legal. De pie entre los vidrios rotos de la puerta del Museo Nacional de Irak, el doctor Moayad Damerji dijo que los objetos que habían sido testigos de la evolución de la humanidad habían desaparecido y que la pérdida era incalculable. "El Museo Nacional iraquí es el único museo del mundo que muestra todos los pasos de la historia de la humanidad", dijo Damerji, profesor de arqueología de la universidad de Bagdad y ex director del Departamento de Antigüedades de Irak. "Estos testigos de nuestra evolución han desaparecido, todo ha desaparecido", añadió.
Entre los tesoros más preciados de los que se desconoce su paradero están el Vaso de Uruk y el Arpa de Ur, que datan de entre los años 3000 y 2500 antes de Cristo. La exquisita estatua de bronce de Basitki, del imperio Acadiano también se ha perdido, robada del museo a pesar de su gran peso.
"Fueron bárbaros e despiadados en sus actos", dijo Damerji sobre los saqueadores, quienes operaron bajo el amparo de los enfrentamientos entre los soldados estadounidenses y la milicia fedayín de Hussein en la barriada occidental de Bagdad, donde se ubican los museos. "Usaron barras de hierro y diferentes tipos de herramientas para romper las puertas. Pasaron por cada salón, por cada lugar. Tomaron lo que pudieron y rompieron el resto para mostrar que estuvieron aquí", añadió.
Las estatuas de piedra han sido decapitadas, y las tablillas grabadas de las grandes bibliotecas sumerias se han perdido. Pero la magnitud completa del daño aún se desconoce. Sin electricidad, los trabajadores del museo cuidan sus movimientos en el interior del lugar, temerosos de acabar con lo que queda.
En el cercano Centro de Arte de Saddam Hussein hay un espectáculo similar de destrucción y desesperanza. Entre los restos de yeso, cristal y marcos esparcidos por el suelo, el artista Moayad al Haidari busca sus pinturas. "Mi obra estaba aquí. Antes de la guerra lo estaba", dijo, contemplando las paredes vacías de la sala de exposiciones.
Robo organizado
En los pisos superiores de la galería de concreto posmoderna, no hay rastro de la exposición permanente de las obras de los pioneros iraquíes, un grupo de pintores y escultores de principios del siglo XX que sentaron las bases del movimiento del arte moderno iraquí. "Esto ha sido organizado. No es sólo un robo, el objetivo es más que eso", dijo Haidari, vestido pulcramente y al borde de las lágrimas. "Esto es para minarnos, nuestra herencia, nuestra identidad, nuestro orgullo".
Otros iraquíes compartieron este sentimiento. Tareq Abdulrazak, científico de 63 años, permaneció ayer en las puertas de la incendiada Biblioteca Nacional de Irak, al frente del misterio de Defensa de Bagdad. Las tarjetas amarillas de catalogación revolotean por las escaleras de la biblioteca, dentro el aire aún es cálido y el piso está cubierto de las cenizas de papel quemado. Todos los libros y manuscritos han quedado destruidos. "Aquí estaba la cultura iraquí. Antigua y moderna, todo estaba escrito", dijo Abdulrazak. "Los estadounidenses vieron cómo ocurría. No es suficiente con destruir nuestros edificios, nuestro pueblo, ¿ahora también nuestra historia?", añadió Abdulrazak.
La oleada de pillaje que ha seguido a la captura de Bagdad por parte de las fuerzas estadounidenses ha irritado a sus habitantes, que dicen que el ejército de EEUU hizo poco para proteger las tiendas, empresas y edificios públicos tras el colapso de la autoridad iraquí. Moayad Damerji, del Museo Nacional iraquí, aseguró que los saqueos del edificio se planearon con anterioridad por personas que sabían exactamente qué estaban buscando de entre los objetos que fueron recuperados durante excavaciones entre la Primera y Segunda Guerra Mundial. "Esto fue programado, bien organizado. Los estadounidenses protegieron los campos petroleros, pero no hicieron nada para proteger nuestros museos, y estaban obligados para proteger estos sitios", dijo. "Ahora todo ha desaparecido. Ochenta años de trabajo han desaparecido. Es demasiado tarde", agregó.
En Londres, el Museo Británico anunció que va a mandar a nueve expertos conservadores a Irak para ayudar a recuperar la herencia cultural del país. La secretaria Cultural de Gran Bretaña, Tessa Jowell, también destacó la importancia de prevenir el desarrollo de un mercado ilegal sobre los artículos robados y pidió que se establezca una declaración que procure que sean regresados a Irak. (Reuters)