A 11 días. El puntano aseguró que el gobierno está perdiendo los estribos

Rodríguez Saá les pegó a Lavagna y a Chiche

Tildó al ministro de "inepto y mediocre" y dijo que no merece estar al frente del Palacio de Hacienda

El candidato presidencial justicialista Adolfo Rodríguez Saá arremetió ayer contra la primera dama, Hilda Duhalde, quien lo había tildado de "cachivache", y replicó declaraciones del ministro de Economía, Roberto Lavagna, al advertir que el Palacio de Hacienda no es un lugar para "ineptos y mediocres como él.
De esta manera, el aspirante por el Movimiento Nacional y Popular (MNP) salió a contestarle a Lavagna, quien, tras ratificar su respaldo al candidato del oficialismo, Néstor Kirchner, sostuvo que el "Ministerio de Economía y el gobierno argentino no es para llorones".
Rodríguez Saá también apuntó contra su rival del Frente por la Lealtad, Carlos Menem, a quien le endilgó estar "desesperado".
"A ése, es otro al que se le termina", disparó el ex gobernador puntano, e insistió en aventurar que en un eventual ballottage se enfrentará con el ex presidente.
Antes de participar de una reunión con la Mesa del Diálogo Argentino, Rodríguez Saá descalificó a Chiche Duhalde por las ácidas críticas que anteayer lanzó en su contra, y sostuvo que la candidata a diputada nacional, así como todos los funcionarios del gobierno, "están perdiendo los estribos".
La primera dama había calificado de "cachivache" al ex gobernador de San Luis y denunció que "no tuvo huevos" durante los siete días que estuvo al frente de la Casa Rosada, en diciembre de 2001. "Estuvo como presidente y huyó despavorido", atacó Chiche.
"Están perdiendo los estribos", analizó Rodríguez Saá, al asegurar que "estamos ganando en todo el país. Se termina una era, se termina la corrupción, se terminan las mafias".
Añadió que "se viene un nuevo aire en la Argentina. Vamos a transitar un nuevo camino".
Al apuntar sus cañones contra Lavagna, el dirigente puntano sostuvo que el Palacio de Hacienda "tampoco es para ineptos y mediocres como él, que quiere entregarle 4.700 millones a los bancos en un acto de corrupción y en un nuevo negociado de inmensas consecuencias".