Luego de condenar durante más de una década al régimen de Fidel Castro en materia de derechos humanos en el ámbito de las Naciones Unidas, el gobierno anunció que cambiará su posición y se abstendrá en la sesión que hoy analizará, en Suiza, la situación en Cuba. La reacción de Estados Unidos no dio lugar a las ambigüedades: criticó, por medio de la embajada, la posición de Ejecutivo nacional, en lo que parece ser un nuevo capítulo de rispideces con Washington.
El presidente Eduardo Duhalde afirmó que "Argentina no va a condenar a Cuba" en la votación de la Comisión Internacional de Derechos Humanos (Cidh), porque "lo consideramos muy inoportuno teniendo en cuenta esta guerra unilateral violatoria de los derechos humanos", al hacer referencia a la situación provocada por Estados Unidos en Irak.
La reacción de Estados Unidos a la posición argentina fue inmediata. La embajada de ese país hizo saber que están "decepcionados por el hecho de que la Argentina, a menudo una de las naciones líderes en el hemisferio en lo referido a la defensa de los derechos humanos en foros internacionales, ha cambiado su posición luego de más de una década en la cual apoyó los derechos humanos en Cuba".
A través de un comunicado, sostuvo que esto ocurre "justamente en el año en el cual el gobierno cubano ha pisoteado, en forma impiadosa, los esfuerzos pacíficos tendientes a mejorar la libertad de expresión y conseguir derechos políticos y laborales".
Previamente, en conferencia de prensa, Duhalde evitó evaluar posibles represalias por parte de Estados Unidos como consecuencia de la posición abstencionista del país y resaltó que "esto tiene que ver con una profunda convicción: sé que interpreto a la mayor parte del pueblo argentino".
De esta manera, el gobierno deja atrás el voto condenatorio mantenido en la última década por los gobiernos de Carlos Menem, Fernando de la Rúa y del propio de Duhalde, que el año pasado votó en ese sentido en la Cidh.
En ese contexto, Duhalde opinó que "la mayoría de los candidatos (presidenciales) va a estar de acuerdo" con esta postura.
El jefe del Estado optó este año por acordar con su colega brasileño, Luiz Inacio Lula Da Silva, con quien dialogó en dos oportunidades esta semana, un voto conjunto durante la reunión anual de la Cidh que se celebrará hoy en Ginebra.
Los embajadores de Argentina y Brasil se abstendrán en la votación, pero expresarán "la preocupación por las detenciones y juzgamientos sumarios en Cuba, con condena de larga duración e incluso pena de muerte".
Duhalde reconoció que estos episodios le generaron dudas, pero aseveró que "estos meses no van a pasar a la historia por los hechos que condenamos, sino por la decisión unilateral de Estados Unidos que produce muerte, dolor e injusticia y que dejó a la ONU en una posición que lamentamos mucho", en relación a la guerra contra Irak.
Al respecto, Duhalde remarcó que "esta decisión que hemos tomado con el presidente Lula de tener una presencia conjunta en foros internacionales demuestra que la nuestra es una alianza estratégica que va más allá de lo económico".
La decisión presidencial de adoptar una postura abstencionista abrió aguas dentro del gabinete nacional, donde el canciller Carlos Ruckauf y el secretario general de la Presidencia, José Pampuro, querían repetir la condena del año pasado.
Elogios al canciller
Duhalde subrayó que el canciller debe acatar su determinación porque es "un ministro del Poder Ejecutivo Nacional", aunque lo confirmó en su cargo y resaltó que ha venido desarrollando una labor "destacadísima".
La posición que adoptará Argentina hoy en Ginebra generó rápidamente muestras de adhesiones y otras de rechazos por parte de distintas fuerzas políticas.
El comando de campaña Menem Presidente repudió la actitud de Duhalde e instó "al gobierno transitorio" que revise su anunciada decisión de abstenerse en su voto en la ONU "y acompañe al mundo civilizado votando afirmativamente la condena al régimen castrista y la defensa de los derechos del pueblo cubano".
También el candidato a presidente por Recrear, Ricardo López Murphy, se pronunció en contra de la posición abstencionista: "No estoy de acuerdo, no veo ninguna razón que justifique este abrupto cambio de voto, salvo un dudoso oportunismo electoralista alejado de una verdadera promoción de los derechos humanos".
En cambio, los socialistas Alfredo Bravo y Rubén Giustiniani celebraron la decisión política de Duhalde, pero además señalaron que verían con agrado que "El Ejecutivo nacional reanudara plenamente las relaciones bilaterales con la hermana República de Cuba, reafirmando los históricos lazos de amistad de ambos países". En un sentido similar se manifestó la postulante presidencial del ARI, Elisa Carrió.
La Ciudad
