Néstor Eduardo Juncos, el reportero gráfico de La Capital que fuera ilegalmente detenido en la peatonal Córdoba mientras sacaba fotografías para ilustrar una nota de este diario, recibió el falta de mérito por parte de la Justicia que investigó la presunta resistencia a la autoridad y lesiones que denunciara el policía que lo apresó. La medida podrá ser apelada por la Fiscalía aunque no por la defensa del uniformado.
La defensa del reportero y del Sindicato de Prensa Rosario protestaron por la medida judicial ya que entienden que, dado lo infundado y arbitrario de la detención, lo que correspondía era el sobreseimiento. Esta figura habría implicado que el juez asuma que no existió delito de parte del imputado y el cierre del expediente. El falta de mérito que recibió Juncos, en cambio, supone mantener un margen de duda sobre su atribuida conducta ilegal, que en ningún tramo de la investigación pudo comprobarse, fuera de la acusación que hizo el mismo policía que lo arrestó. Y permitir la reapertura de la causa.
El pasado sábado 11 de enero, Juncos realizaba su trabajo frente a la Galería La Favorita cuando el oficial Miguel Angel Vallejos entendió que estaba en una actitud "sospechosa" al verlo arrodillado. De nada sirvió que el reportero exhibiera su credencial y le explicara al policía el motivo de su presencia en ese lugar público para que éste lo esposara a la reja de una vidriera en espera de un patrullero que lo trasladara detenido a la seccional 2ª. La excusa del uniformado fue que allí no se podían sacar fotos sin permiso del consorcio de la galería, para el cual cumplía servicios adicionales de vigilancia.
A pesar de los reclamos de Juncos y de colegas que llegaron al lugar, Vallejos cumplió con su promesa de inventarle una causa para justificar su proceder. Entonces se abrió un sumario policial donde el fotógrafo quedó como imputado de resistencia a la autoridad y lesiones contra el agente, en una causa que recayó en el juez correccional Daniel Acosta. Ese magistrado fue quien ahora resolvió dictar la falta de mérito al reportero al sostener que "no existen elementos de convicción suficientes para formular el juicio de probabilidad previsto, ni surge el grado de certeza requerido para disponer el sobreseimiento".
Un oficial con dudoso pasado
En tanto, la actitud del suboficial Vallejo está siendo investigada por la Dirección de Asuntos Internos de la policía provincial por disposición del ministro de Gobierno santafesino, Carlos Carranza, quien se involucró en el caso tras recibir a representantes de la Comisión de Defensa de la Libertad de Expresión del Sindicato de Prensa Rosario, desde donde se calificó a la acusación como "arbitraria". Vale recordar que Vallejos estuvo imputado por un caso de gatillo fácil ocurrido el 13 de junio de 2000 en un descampado de Nuevo Alberdi, hecho por el cual estuvo poco más de ocho meses preso.
Aquel día, Vallejos fue uno de los tres policías que participaron de un presunto tiroteo en el que resultaron abatidos dos presos evadidos de la sala penitenciaria del Policlínico Eva Perón de Granadero Baigorria. Sin embargo, los familiares de los reclusos aseguraron que los prófugos habían sido fusilados por los agentes.
La noche del episodio, Eduardo Pablo Farías, José Zauli y Oscar Ramón Udi escaparon del hospital y tomaron un taxi hasta barrio Rucci. Desde allí, los dos primeros buscaron refugio en una humilde zona de Nuevo Alberdi. Según la policía, allí los encontraron los policías Vallejos, Rubén Flores y Javier Benítez, con quienes tuvieron un supuesto enfrentamiento.
Pero el informe de la Unidad Regional II fue desacreditado por numerosos vecinos de la zona que sostuvieron que no hubo enfrentamiento sino que se trató de un fusilamiento en el cual los agentes dispararon entre 10 y 15 veces contra los evadidos mientras éstos se entregaban con sus brazos en alto.
El 28 de septiembre de aquel año los tres policías fueron procesados por homicidio y detenidos. Ocho meses más tarde recuperaron la libertad luego de que la Cámara de Apelaciones en lo Penal revocara la medida judicial.