Silvina Dezorzi / La Capital
Un robo dejó desolados ayer a la hermana María Jordán y sus voluntarios, después de despojarlos de buena parte de los materiales de construcción y herramientas de trabajo con que están levantando un hogar para adolescentes en riesgo, en una de las zonas más pobres de Empalme Graneros. Entre el sábado pasado a la noche y el domingo a la madrugada, se llevaron una hormigonera, aberturas de doble hoja, cucharas de albañil, palas, plomadas, mazas, cemento, cal y plasticor, buena parte de los cuales ni siquiera pertenecían a la estación franciscana María Madre de la Esperanza que dirige la religiosa, sino a los albañiles de la obra. "Lo que más dolor da es que en el barrio se sabe quiénes son los que roban, pero tienen miedo de denunciarlos", afirmó la hermana Jordán a La Capital. Pese a eso, hacia el mediodía de ayer personal de la comisaría 20ª ya había detenido a un vecino de la obra como uno de los presuntos autores del hurto. La frecuencia de los robos en la zona es casi cotidiana, incluidas algunas de las obras que dependen de la estación religiosa: tres comedores y otro que atiende los casos de desnutrición que se registran en el barrio, donde conviven unas 7.500 personas de hogares tobas y criollos, como los define la propia Jordán. Hace seis meses el botín fue uno de esos comedores. Ahora fue el turno de la edificación que, a tres cuadras de la estación franciscana (Olivé 2582), se convertirá en un hogar para que los adolescentes del barrio tengan dónde recibir clases de apoyo, elegir un taller, jugar, compartir tiempo con otros chicos o encontrar una oreja dispuesta a escucharlos. La obra se levanta en una calle bautizada San José, a la altura de Olavarría al 1300 bis. Alrededor la pobreza es la única postal que se repite. Por ahora la construcción consta de dos grandes salas y la delimitación de un patio central, más otras habitaciones humildes que ya estaban edificadas. Allí piensan levantar una biblioteca, aulas de apoyo, una sala de estar, un comedor, baños y alguna otra pieza, si es que el presupuesto final da y no conspiran nuevos robos de material y herramientas. "Parece increíble, pero los mismos que que se llevan las cosas tienen a la mitad de su familia en los comedores", razonó con tristeza la hermana Jordán. El nuevo hogar procura cubrir algunas de las necesidades de los adolescentes del barrio. "Nuestro sueño es que en vez de estar en las calles con bolsitas de pegamento puedan desarrollar su inteligencia, su creatividad, que tengan contención afectiva, que encuentren una mesa donde hacer sus deberes, que puedan hacer manualidades o elegir un taller", explicó la religiosa. Mientras Jordán hablaba con este diario, la puerta de la estación que es sede de su obra en el barrio se abrió varias veces para atender los pedidos de gente que pasaba a buscar algo de ayuda y descargar un par de donaciones, siempre insuficientes para cubrir tanta demanda. Por eso, un poco más de solidaridad no vendría mal. Esta vez, para la nueva obra, lo que se necesita es cemento, cal, pintura, cerámicos y otros materiales. El teléfono de la misión es el 4350791.
| La pobreza en Empalme, donde se construye la obra. (Foto: Sergio Toriggino) | | Ampliar Foto | | |
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