El golfista Roberto De Vicenzo cumplió ayer 80 años cargado de éxitos y reconocimiento, y como él mismo aseguró ahora disfruta de toda una vida dedicada a su deporte favorito. "Empecé el inevitable descenso de mi vida deportiva y ahora estoy en una etapa en la que me toca recoger los frutos de las buenas relaciones que hice durante 80 años", indicó De Vicenzo. De Vicenzo, considerado uno de los grandes deportistas argentinos de la historia junto a personalidades como el tenista Guillermo Vilas, el fútbolista Diego Maradona, el piloto de Fórmula 1 Juan Manuel Fangio y el boxeador Carlos Monzón, sigue estrechamente ligado al golf, ya sea en partidos benéficos, o compartiendo jornadas junto a jóvenes que se acercan al deporte de los greens. Alguna vez De Vicenzo compartió campos de golf junto a personajes tan reconocidos como John Fitzgerald Kennedy, Dwight Eisenhower, Richard Nixon, el rey Jorge de Inglaterra o el príncipe de Gales, Carlos de Inglaterra. Sin dudas su mayor éxito fue la conquista del Abierto Británico de 1967, pero también guarda en su inacabable carpeta de reconocimientos el hecho de ser uno de los cinco miembros honorarios de Saint Andrews Club, la cuna del golf, y haber ingresado en 1989 en el Salón de la Fama de Estados Unidos. En su época, el argentino se codeó con los mejores jugadores del planeta, en otras circunstancias a las que rodea el ámbito actual. Otro de los momentos memorables en la vida de De Vicenzo no pasa precisamente por un triunfo, sino por una derrota. El argentino dio muestra de su caballerosidad como deportista al perder el Masters de Augusta de 1968 por una tarjeta mal firmada. "Si me hubiera quejado tras ese error en la anotación habría perdido prestigio, personalidad y la chance de ser invitado a otros torneos. Lo de Augusta fue un accidente en el que salí beneficiado. Tal vez la situación que más prestigio me dio en el golf", reconoció De Vicenzo. El notable golfista rememoró el incidente: "Si yo hubiese protestado diciendo que me hicieron trampa o que Tommy Aaron me anotó mal a propósito, habría tenido un pleito con Augusta con un resultado totalmente negativo. Esa situación la repasé y me la hicieron revisar varias veces. Pero es una anécdota de mi vida que, a pesar de que me privó de tener el saco verde, me dio un prestigio que no tuvieron otros". "Si Bon Goalby, el ganador, hubiese dicho en la entrega de premios «Quiero ir a jugar mañana el desempate con De Vicenzo», los organizadores le habrían dicho «Fuera de acá». Pero el mundo hubiese señalado: «¡Mirá qué gran gesto tuvo!» Con una sola palabra se habría comprado a todos", analizó. Como parte de los festejos de sus 80 años, De Vicenzo participó el pasado fin de semana en un torneo en su honor, en el Pilar Golf Club, donde amenizó las tres jornadas con su amabilidad y su sapiencia a la hora de jugar. Cuando a De Vicenzo se le consulta si siente nostalgia por el pasado, señala: "Lo que pasó, pasó. Algunas cosas te dejan sensaciones feas, pero en general tuve una vida muy buena, con éxito en el deporte, 57 años casado con la misma mujer, una familia que me acompaña y relaciones humanas muy buenas". "Extraño las sensaciones que me daba pegarle a una pelota. Antes le llegaba al corazón y ahora apenas si puedo llegar a la cáscara. Las fuerzas se fueron, la noción de distancia se perdió. Antes el viento me hacía volar el pelo; ahora me hace llorar los ojos. Nunca creí que iba a llegar a los 80 años. Sin embargo, aquí estoy. Y ahora creo que nunca me voy a morir. Sin embargo, me voy a morir. Que no te quepa la menor duda. Estoy más cerca del hoyo que del tee de salida. Lo único que espero es que no venga un desgraciado y me empuje", indicó De Vicenzo. El Maestro, como se lo conoce en el ámbito golfístico, indicó que no siente "ni rencor ni envidia", por no poder jugar en el circuito en la actualidad. "Empujo los triunfos de nuestros compatriotas y me resulta agradable cuando veo que están prendidos. No soy de los que quiero que el de abajo me busque a mí. Yo quiero alcanzar al de arriba". "No tuve fama. No me interesa ni la quiero. Deseo que nadie me muestre que soy distinto. Soy igual a todo el mundo. Hay miles de personas más importantes que yo. Ser un buen deportista no te da la categoría de sobresaliente de la humanidad", enfatizó. (DPA)
| El Maestro De Vicenzo, leyenda viviente del golf. | | Ampliar Foto | | |
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