Año CXXXVI
 Nº 49.813
Rosario,
martes  15 de
abril de 2003
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Dejó sin atención a productores una reestructuración de la EPE en Crispi

Luis Emilio Blanco / La Capital

Crispi. - Esta localidad del centro oeste santafesino se opuso a la determinación de la EPE de reformar las zonas de atención y suprimir el servicio de reparaciones del distrito de Crispi, de unas 29 mil hectáreas. Para contrarrestar la medida, que principalmente afecta a productores rurales, las fuerzas vivas realizaron una asamblea para aunar criterios y reclamar ante la empresa y legisladores.
"La medida afecta al pueblo y a la colonia que más tambos posee en el departamento, con un impacto negativo en la producción al igual que otras actividades de la región como la cerealera", explicó el presidente comunal Pablo Bustamante.
Indicó además que el servicio que la EPE prestaba consistía en una guardia de un empleado que vive en el pueblo y ahora fue trasladado. "El atendía con urgencia cada reclamo, pero ahora tendremos que esperar muchas horas cada vez que nos afecte uno de los frecuentes cortes", dijo Bustamante.
El distrito Crispi fue dividido en cuatro sectores que, a partir de la semana pasada, se sumaron a las áreas de San Jorge, Sastre, Castelar y Las Petacas. De modo que cuando un productor tenga problemas deberá trasladarse al pueblo que le corresponda para su reclamo y en el caso de las explotaciones tamberas, quedarán expuestas a perder la producción por falta de servicio para enfriar la leche.
"Así es imposible trabajar, cuando tengamos un inconveniente tendremos que viajar más de 20 kilómetros para que vengan a arreglar la falla", dijo un productor. Crispi, es un pueblo que permanece aislado. Está a 21 kilómetros de la ruta pavimentada más cercana y los vecinos aducen que levantar el servicio es una incongruencia. "Los problemas con la energía generalmente aparecen cuando hay tormentas y en esos días los caminos son intransitables", explicó un vecino.
Según relataron, el sistema para reclamar consiste en trasladarse hasta el pueblo que corresponda y anotarse en una pizarra para que, cuando los caminos estén transitables, puedan recibir atención. "Además ellos también tendrían serios problemas para viajar tantos kilómetros por barro y bajo tormentas para llegar a nuestros campos", explicaron.


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