Boca fue más inteligente. Más ordenado. Y más contundente. Por eso ganó un partido difícil. Porque era un clásico. Y de visitante. Ante un Racing que estuvo lejos del nivel acostumbrado. Porque después del gol que consiguió el volante xeneize Matías Donnet a los 10', a la sazón la única conquista del encuentro, el equipo de Ardiles no pudo descubrir los caminos para alcanzar la igualdad. Para Boca, luego de sus últimas deslucidas actuaciones el triunfo es valioso porque le permite seguir en la punta, y lo revitaliza para el otro objetivo: la Libertadores. Quizás por esto Carlos Bianchi dijo que "se terminó el velorio en Boca", convencido de que su equipo necesitaba reencontrarse con una victoria que permita recuperar la confianza, no sólo de los hinchas, sino también de sus propios dirigidos. Los primeros 25 minutos de Boca fueron de alto nivel, dominando el medio campo (lucieron Battaglia, Cagna y Donnet), recuperando pelotas, y gracias al desempeño de Tevez complicó a Racing, quien creó varias situaciones y provocó la apertura del marcador. A los 10', Cascini cedió para Tevez, y el hábil juvenil habilitó a Donnet con un pase que realizó con la parte externa de la pierna derecha, y el volante definió muy bien al palo derecho de Campagnuolo. A partir de allí, Racing se desorientó, no generó fútbol y así a Boca se le hizo todo mucho más fácil. Recién después de los 25 minutos Racing emparejó el trámite y sin jugar bien dispuso de ocasiones para empatar. Sobre los 28', Diego Milito tuvo la situación más clara, pero desvió el remate final. En el segundo tiempo, Boca apostó a jugar de contra, más aun después de la expulsión por doble amarilla de Raúl Cascini, ya que entró Rolando Schiavi y defendió con cinco en el fondo. El equipo local buscó con todo el empate, pero lo hizo sin criterio, con muchos pelotazos anunciados que permitieron los despejes de Nicolás Burdisso, Diego Crosa y Schiavi. Cuando corrían 14', Tevez alargó para Raúl Estévez, este se la tiró a Donnet, pero con grandes reflejos, Campagnuolo lo anticipó y evitó el segundo tanto de Boca. Racing no le encontró nunca la vuelta al partido, atacó, pero lo hizo con mucha confusión y sin claridad. Boca lo pudo liquidar a los 39 minutos, cuando Marcelo Delgado (había entrado un minuto antes por Tevez) se fue solo y su disparo salió apenas desviado por el palo izquierdo de Campagnuolo. Boca ganó, fue más inteligente, expuso un acertado esquema defensivo, se sobrepuso a la expulsión de Cascini, se quedó con los tres puntos, sigue arriba y recuperó la imagen futbolística que se había desteñido en los tres últimos partidos. Su máxima figura fue Battaglia, recuperando el balón y colocando pases a sus delanteros, el ida y vuelta de Donnet, la fuerza de Cascini y el trabajo agotador de Diego Cagna, y la firmeza de los cuatro del fondo, especialmente los marcadores centrales. Para Racing fue una derrota, que lo aleja a cinco puntos de los líderes, pero falta mucho camino por recorrer y puede otra vez transformarse en animador del torneo.
| |