Maximiliano Pérez y Claudio Vázquez, el Mono, se tenían tanta bronca en el barrio que cada partido de fútbol que disputaban en equipos contrarios terminaba a los golpes. Eso ocurrió el viernes en barrio Tablada, en la zona sur de la ciudad. Pero el incidente pudo terminar en una tragedia cuando Vázquez, supuesto perdedor en la contienda, fue a pedir auxilio a su hermano mayor, quien armado con un pistolón o una escopeta recortada enfrentó a Pérez en la puerta de un kiosco de Rueda y el pasaje Lincoln y le descerrajó un disparo. La perdigonada le dio al propio Pérez, pero también alcanzó a una nena de 2 años y a su padre, que eran ajenos a la disputa. Tras el estampido, que enfureció a los vecinos de la cuadra "cansados" de los "permanentes" arranques de violencia de los Vázquez, los hermanos salieron corriendo y desaparecieron. Los agentes de la seccional 16ª, en cuya jurisdicción ocurrió el episodio, estaban tras los pasos del agresor que hasta ayer permanecía prófugo. Mientras tanto, Zoe Valentina Cabrera, de sólo 22 meses de edad, permanecía internada en el Hospital de Niños Víctor Vilela con un perdigón incrustado en una pierna y otro en el estómago. Ayer los médicos evaluaban la posibilidad de operarla. Su papá, Eduardo Cabrera, de 20 años, fue asistido en el Clemente Alvarez porque recibió varias municiones en el abdomen. Su vida no corría riesgos, pero tuvo que ser operado. Maximiliano Pérez, por su parte, fue herido en el hombro y pierna izquierda. "Fue una desgracia con suerte. Hoy (por ayer) tendríamos que festejar el nuevo cumpleaños de Zoe y de los chicos de la cuadra", afirmó una vecina de Rueda entre Beruti y Esmeralda, rodeada de pibes aún alborotados por lo sucedido. "Este lugar siempre está lleno de criaturas y estos pistoleros resuelven todo a los tiros", agregó señalando la casa de los Vázquez. Tras un picado de fútbol, el viernes a la tarde Pérez y Claudio Vázquez se trenzaron a puñetazos en la esquina de Lincoln y el pasaje Falcón. Tanto la policía como los vecinos que los conocen dijeron que los problemas entre ellos son de vieja data. "Se sacaron el gusto entre ellos, no se por qué se metió el otro para arreglar las cosas a los tiros", rezongó María de los Angeles, tía de Zoe, la nena herida, quien también fue testigo del hecho y se salvó por poco de la perdigonada. Tras la reyerta, en la que Vázquez llevó el peor papel, Pérez fue hasta el kiosco de Rueda 258 bis para tomar algo. A ese lugar habían llegado casi en forma simultánea Cabrera y su hija, también vecinos de la zona, para hacer unas compras. Eran aproximadamente las 19 y de la vivienda de los Vázquez, donde funciona una verdulería, salió Fernando Sebastián, el hermano mayor de Claudio, con la intención de tomar revancha. María de los Angeles y varias mujeres y niños que estaban a esa hora en la calle lo vieron empuñando un arma de fuego. "Le disparó así no más, como está acostumbrado a hacerlo. Como es un delincuente se cree que todo lo puede arreglar a los tiros y no se da cuenta que puede matar a una criatura", dijo una mujer del barrio. Los heridos fueron socorridos por un sodero que los llevó al hospital en su propia camioneta. "Nadie se lleva bien con éstos", aseguró otra vecina al aludir a la conflictiva relación de los Vázquez. Voceros de la 16ª señalaron que los hermanos permanecían prófugos, pero que sus familiares colaboraban con la policía para que se entregaran. En ese sentido una fuente de la investigación contó que los padres de Pérez y de Vázquez son íntimos amigos del barrio y que incluso fueron compañeros de trabajo en el puerto. Según el funcionario, ambos progenitores no podían creer lo que la pelea entre sus hijos había causado.
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