Año CXXXV
 Nº 49.811
Rosario,
domingo  13 de
abril de 2003
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Mercados
La apertura del corralón no trajo el caos
De cada tres pesos que salieron del cepo, dos se quedaron en las entidades bancarias. El dólar, tranquilo

Salvador Di Stefano

La apertura del corralón no trajo como correlato una masiva salida de fondos del sistema. De cada tres pesos que salieron del corralón, dos quedaron en el sistema y uno salió del circuito bancario con rumbo desconocido.
El dólar sigue muy tranquilo, preso de las regulaciones que le impuso el Banco Central República Argentina (BCRA) y la oferta de divisas que se realiza a través de los bancos que necesitan dinero en el marco de una alta liquidez de mercado.
La apertura del corralón sólo es beneficiosa para aquellos que tienen depósitos a plazo fijo de 30.000 dólares originales o 42.000 pesos tras la pesificación. El resto no tiene beneficio alguno, ya que recibe en parte de pago un plazo fijo a 90 días, sin tener a prima facie la certeza de lo que podrá ocurrir con la evolución del dólar.
El efecto en los bancos de la apertura del corralón es una mayor demanda de pesos para afrontar los retiros o para constituir encajes en el Banco Central. Los Cedros no tenían encajes y ahora, con la liberación de fondos, los depósitos a la vista tienen un encaje del 17 por ciento y los plazos fijos del 10 por ciento. Por ende, la necesidad de fondos del sistema se estimaría en algo así como 2.000 millones de pesos, que podría sortearse sin problemas ya que el Banco Central acepta como encajes títulos públicos.
En este escenario, la mayor demanda de pesos elevó la tasa de interés que en promedio para 30 días de plazo se encuentra en el 28 por ciento anual, lo que implica que está en el amplio rango que va entre el 22 por ciento y el 34 por ciento anual, según la magnitud del monto de la imposición.
Con estos niveles de tasa resulta imposible obtener rentabilidad en el negocio bancario ya que las entidades no están prestando fondos, tienen en cartera títulos públicos en cesación de pagos y están apremiadas ante el retiro de fondos de los amparos.

El ajuste del sistema financiero
Este conjunto de razones hace pensar que el ajuste en el sistema podría ser muy importante para la próxima administración. También se deberá terminar por otorgar las compensaciones que les corresponden a los bancos después de la maraña de circulares que terminaron sacando el CER y colocando el Coeficiente de Variación Salarial (CVS), o la evolución de amparos a dólar libre, cuando hubiera correspondido devolver depósitos pesificados más CER.
La refundación de un nuevo sistema financiero será una tarea titánica a llevar adelante por el mandatario que gane las elecciones el 25 de mayo próximo, descontando de antemano que el crédito será muy escaso en los meses venideros hasta tanto el país no recupere la confianza perdida, y el sistema financiero salga fortalecido con nuevas inversiones.
El dólar sigue muy estable ante la superoferta de billetes que aparecen en el Banco Central por parte de los bancos y exportadores. Estos dos sectores están necesitados de fondos y por eso liquidan divisas ante el alto costo del dinero y el crédito inexistente.
Con el actual tipo de cambio la recesión se profundiza y esto ya se empieza a notar en vastos sectores de la producción, con menores consumos de energía y una recaudación tributaria que comienza a flaquear y complica las metas con el acuerdo del FMI.

La base monetaria se expande
El Banco Central, para sostener el precio del dólar en torno de 2,90, compró billetes en el mercado para sostener el precio, pero esto trae como consecuencia una mayor emisión monetaria, ya que el Estado no cuenta con recursos genuinos como para afrontar estas compras.
La base monetaria amplia que incluye el total de la circulación, encajes del Central y monedas secundarias ya se ubica en los 38.200 millones de pesos, y el Central debería absorber a través de las Lebac 1.200 millones de pesos para cumplir con la meta firmada con el FMI de 37.000 millones de pesos de base para fin de abril.
En cambio, si sale a absorber pesos elevará la tasa de interés y esto será más contraproducente para la actividad económica.
Por eso una vez más borramos con el codo lo que firmamos con la mano e incumplimos un acuerdo más con los organismos financieros internacionales.
Como conclusión se destaca que en el marco de una tasa de interés muy elevada, falta de crédito y dólar en baja no hay posibilidades de reactivación económica. Por otro lado, la apertura del corralón trae como correlato suba de tasas y por ahora los pesos no huyen hacia el dólar.
Pero además, la superoferta de dólares de los bancos y exportadores harán que el mismo cotice en un rango de precios estable entre 2,80 y 3,20. La Bolsa seguirá con un comportamiento abúlico ya que su peor enemiga, la tasa de interés, sigue muy elevada. Sólo los Boden tiene un mayor movimiento por su aceptación para construir vivienda.
El próximo gobierno deberá refundar el sistema financiero alentando nuevas inversiones y el reordenamiento de la banca. Como se nota, muchos riesgos para estar en pesos y a tasas que a largo plazo son impagables.


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